miércoles, 15 de febrero de 2012

Red Final, de Amando Lacueva

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Autor: Amando Lacueva
Título: Red Final
Género: Fantasía "Ciencia Ficción)
Editorial: Quadrivium
Año 2011
Páginas: 499


Pocas veces he disfrutado tanto con una lectura y también pocas veces he lamentado haber acabado una lectura y ver que el libro no tiene más páginas. La satisfacción aumenta al ver que un autor español haya escrito una obra de tanta calidad como la presente.

Amando Lacueva es natural de Hellín (Albacete), pero reside en Tarragona. Compagina su ocupación profesional como asesor fiscal con la literatura. Ha escrito y publicado tres obras: El triángulo vikingo, El Sexto Sol, La Guerra del Francés –la marca del traidor- (obra, ésta última, que fue la más vendida en día de Sant Jordi de 2011 en la ciudad de Tarragona). 



Paralelamente ejerce su labor como crítico literario y colabora en el blog Reseñas Literarias. En 2010 y 2011 ha colaborado en la emisora Onda Cero Tarragona en la elaboración de varios relatos de género negro.
Ahora nos presenta Red Final, una novela de Ciencia Ficción repleta de acción, aventura y tecnología futurista.
Editada por la Editorial Quadrivium, con edición en tapa rústica con solapas, cuenta con 499 páginas.


Red Final es una novela situada dentro del género de la Ciencia ficción Hard, pues el alarde de explicaciones sobre ingenios mecánicos es mayúsculo y está descrito con gran minuciosidad pero sin entrar en el despropósito de un manual de ingeniería mecánica futurista. Al mismo tiempo, podría incluirse dentro del subgénero del Space Opera, pues la aventura y las heroicidades de sus protagonistas llenan las páginas.

La trama me recuerda un videojuego de los años 90: X-COM, Enemy Unknow.
Los reticulianos –extraterrestres provenientes  del sistema Zeta Retículi- planean la invasión de la Tierra y llegan a un acuerdo con el gobierno de los EEUU ; a cambio de tecnología punta los americanos han de ceder humanos para que los alienígenas experimenten con ellos.
Naturalmente, todo es secreto, pero hay gente que se opone a ello. Y también en secreto nace una organización: La Cabal, con el propósito de impedir que las negociaciones entre aliens y el gobierno americano tengan éxito así como sabotear a los reticulianos para robarles tecnología y construir nuevos engendros mecánicos.
Los personajes, aún siendo bastante estereotipados, cumplen con la misión de enganchar al lector desde las primeras páginas.
Bruce Benjiro, un japonés con la capacidad de cambiar su estado vibracional para conseguir unos movimientos más rápidos que cualquier ser humano.
PAT-15: un ingenio mecánico, similar a un centauro, con unas capacidades tan altas para el raciocinio y la humanidad como para el combate.
El Coronel Connie Elliot, la ingeniero Pam y un numeroso grupo de otros protagonistas que acompañan a los principales.
Junto a ellos los villanos, que no describiremos por razones de spoilers, pero que equilibran la balanza y dan juego en Red Final.

En el prólogo el autor explica sus dificultades al escribir la novela; planteamiento que encuentro estupendo, pues es más fácil de familiarizarse con todo lo que vendrá después.

La estructura es algo digno de comentarse.
La narración fluye a un ritmo creciente, muy esperado y típico en una narración donde la aventura está presente en cada página; el primer cuarto de novela es soberbio, con un planteamiento agresivo y contundente. Y llega a un punto donde todo parece a punto de culminar. Pues bien, el autor, quedando aún doscientas páginas para terminar la novela, hace un flashback que, en ese momento, deja al lector casi con cierto enfado; pues son cien páginas en las que apenas ocurre nada que “parezca” vinculante con la acción precedente. Hasta que en el último centenar ves que todo es imprescindible y se convierte en una auténtica genialidad por parte del autor.
Y su final es otra muestra de originalidad, ingenio e imaginación. Inesperado, la acción da un giro total a toda la trama donde nada ha sido lo que parecía.
Es un truco narrativo extraordinariamente arriesgado y con una alta probabilidad de fracaso si el autor no es brillante; pero en este caso merece la mención actual por el buen oficio mostrado por Amando Lacueva.

La prosa es muy llevadera. No me ha gustado llamar güisqui al whisky, pero eso es algo personal y que no entorpece para nada la lectura; solo ese matiz he sido capaz de encontrar como negativo. La acción es muy fluida y todo transcurre sin saltos o estructuras inesperadas. Salvo, el flashback mencionado.

Los diálogos cumplen su función de ayudarnos a comprender mejor a los personajes y de acercarnos la acción y la información de una forma más llevadera.

Me ha gustado: leer una novela de ciencia ficción fresca, y que los mejores maestros del género habrían firmado, escrita por un autor español. Extraordinaria.

No me ha gustado: esa fase de incertidumbre al principio de ese flashback. Al final, sonreí y me admiré ante la genialidad del autor.

Aspectos a tener en cuenta

Si el escritor en lugar de llamarse Amando Lacueva y vivir en Tarragona, se llamase con un nombre anglosajón y viviera en EEUU, editoriales, libreros y los lectores españoles amantes de la ciencia ficción le habrían dado su total apoyo, el libro se habría convertido un best-seller las primeras semanas y el autor podría vivir como escritor tranquilamente; siendo el mismo argumento. Hay que apoyar más a los nuestros, en especial cuando muestran tanta calidad o más como los que viene de fuera

Arriesgarse siempre es sinónimo de valentía y Amando Lacueva ha sabido encontrar una estructura original a una narración trepidante con una buena imaginación a base de echarle coraje.

Recomendación:
Comprar el libro y “obligar” al autor a escribir una segunda parte, pues la novela, siendo de tamaño mediano se hace corta, muy corta.

Valoración: 9.5/10


Reseña efectuada por Jordi Nogués


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1 comentario:

  1. ¡GÜISQUI!TAL Y COMO LO PRONUNCIAMOS,MUY BUENO.
    FELICIDADES AMANDO.

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