miércoles, 11 de enero de 2012

Relato corto: La huida.

LA HUÍDA

En ocasiones escucho voces lejanas, murmullos imperceptibles que no alcanzo a entender. Desde este lugar aprecio las siluetas que se recortan como fantasmas por los rayos del sol, pero solo distingo bultos blancos sin contornos. Es sumamente extraño, todo parece un sueño del que todavía no he despertado, incluso me parece escuchar la voz de mi hermana dándome ánimos mientras imagino que su mano coge la mía y la acaricia con infinita ternura. ¿Ánimos? ¿Por qué y para qué, me pregunto?, pero no obtengo respuesta alguna. Quizás mi hermana ignora lo bien que me siento.
Son sensaciones extrañas, como el calor, la luz, la oscuridad. Es como si en ciertos momentos el sol me iluminara desparramando sobre mí sus cálidos rayos, pero al instante, todo se vuelve oscuro, vacío, sin que pueda percibir esos murmullos, esos bultos blancos que se pasean a mí alrededor, o el contacto de la mano de mi querida hermana.
Lo cierto es que tengo una enorme laguna en mi mente y ciertas imágenes que no alcanzo a comprender me asaltan una y otra vez. Imágenes inconexas que no tienen ningún sentido para mí. Es como si fuera el malo de una película policiaca  y que después de asaltar un banco, huyo a la desesperada con la pasma siguiéndome los talones. Me subo en mi motocicleta y acelero vertiginoso por la calle de San Francisco, cruzo la Rambla Nova sin detenerme para embocarme acto seguido por la calle Unión hasta alcanzar la Media Luna, es entonces cuando creo ver un coche atravesado y la figura de un hombre con el cráneo rapado apuntándome a la cabeza con su pistola mientras me da el alto. Sí, lo sé, es totalmente absurdo, aunque por mucho que me esfuerce no logro recordar cómo me gano la vida, si es que me la gano de alguna manera, aunque creo que estoy estudiando medicina en Reus, bueno, reconozco que ser médico es mi mayor deseo, quizás por eso pienso que estoy estudiando la carrera.
No me preocupa que mi mente no llegue a recordar, sin duda es algo de amnesia, ya me asaltarán los recuerdos, estoy convencido. Lo único que puedo deciros es mi edad, eso sí lo recuerdo, tengo 18 años recién cumplidos, qué coincidencia, mi novia y yo celebramos el aniversario el mismo día, pero ella solo tiene 17.
Ahora que caigo, creo que me viene una imagen, un recuerdo. Sí, es increíble la claridad con que me asalta. No tenía un euro en el bolsillo y quería comprarle un anillo a Marta, mi novia. Creo que había bebido más de la cuenta y recuerdo entrar en una sucursal y,… ¡Dios!, pero eso no puede ser. No puede ser que me convirtiera en un atracador de bancos por un simple regalo para Marta. La alarma del banco se disparó y cagado de miedo surgí a escape de la entidad hasta la rambla vieja. Me subí a mi motocicleta y la bofia ya estaba siguiéndome lo talones. No puede ser cierto, estos recuerdos deben corresponder a una pesadilla. Luego, luego bajé a toda mecha hasta la media luna y allí, ese maldito coche se cruzó en mi camino. Oh Dios, o Dios mío, ¿Pero dónde estoy?
¡Silencio!, creo que vuelvo a escuchar esos murmullos y los bultos blancos que revolotean a mí alrededor. Ahora se hacen más y más audibles.
—Inspector Lloberas ¿Otra vez visitando al enfermo? Ya le hemos indicado que no puede interrogarle hasta que le avisemos.
—Simplemente pasaba por aquí, para ver cómo se encontraba.
—Es difícil saberlo, no tenemos un diagnóstico concluyente y además, ya sabe que cuando una persona entra en coma es difícil saber si saldrá en tres meses o en treinta años. El cerebro es un misterio para la ciencia.
—Ténganme informado si cambia de estado.

     Autor Amando Lacuev
                 © Obra registrada 201

     Reservados todos los derechos.


2 comentarios:

  1. No esperaba un cuento tuyo así. Y me ha agradado, claro que tampoco llevo tanto tiempo en el mundo de las letras y voy poco a poco, leyendo aquí y acullá. Este relato es como un sueño dentro de otro sueño que a la vez es otro sueño. No obstante, lo raro que suena, se interpreta con suma claridad, gracias al "tempo" que utilizas en la trama.

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  2. Gracias Isabel. Es un conjunto de 36 relatos que estoy escribiendo para Onda Cero Tarragona. Se emiten todos los miércoles. Por aquí llevo colgados unos cuantos. Me alegra que te guste. Saludos.

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