viernes, 31 de agosto de 2018

LOS COSACOS, DE LEON TOLSTOI

Sinopsis

El protagonista Olenin, un joven de buena familia, que vive a todo ritmo en el  Moscú del siglo XIX, se enrola como voluntario en el ejército para ir al Cáucaso. Olenin que llegará a estas tierras con rango de oficial, se irá poco a poco enamorando de los paisajes a orillas del río Terek, de las costumbres de los habitantes de la zona y, especialmente, de una joven local llamada Mariana.

Datos del autor

En 1851, cuando Tolstói tiene veintidós años, emprende un viaje al Cáucaso para unirse como cadete a la línea defensiva rusa en la guerra contra los turcos. El tiempo que pasa allí lo marcará para toda la vida y servirá de inspiración para sus primeras novelas. La historia parece ser un pequeño reflejo de lo vivido por el autor en esas tierras en su juventud, años en los que se alejó de forma drástica de la vida más o menos acomodada que llevaba. Este hecho se ve fuertemente reflejado en la obra.

Argumento

La obra cuenta la transformación que sufre Olenin, un joven que ha dilapidado parte de su patrimonio y abraza la carrera militar para escapar de su vida disoluta en Moscú. Desde el momento que llega, donde solo piensa en pasar el tiempo necesario para obtener su graduación, llegando incluso a vivir durante sus primeros meses de una forma un tanto huraña, hasta el momento en el que se da cuenta de que el Cáucaso le está resultado ser una especie de retiro espiritual, con los vastos y grandiosos espacios de su naturaleza y la vida sencilla de sus habitantes, que, alejados de todo artificio, personifican la fuerza eterna de la verdad natural, un lugar donde ha encontrado la felicidad, pero una felicidad muy alejada de la que él hasta entonces conocía además del amor que profesa a la bellísima cosaca Mariana.

Opinión Personal


¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruido,
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido;
Si es que ya lo dijo en su oda a la vida retirada Fray Luis de León, y Tolstoi con cosacos, no hace más que retratar su propia existencia y el anhelo interior de muchos de nosotros quienes quisiéramos huir de este mundanal ruido y refugiarnos en la stanitsa asentada en el Cáucaso que nos describe en su obra, rodeados de ríos, montañas y de gente sencilla y valiente.
A partir de esa premisa, los soliloquios y reflexiones de Olenin, nuestro protagonista, converge en los típicos tópicos de la misma existencia de la humanidad. ¿Quién no quisiera ser Olenin y abandonar su vida de confort en la que hoy impera la competitividad y la barbarie de la economía de mercado. Si nos paramos a pensar un instante, un plato de lentejas es un manjar exquisito y la compañía de un buen amigo frente a una cerveza, nos transporta lejos de los altos edificios, las fábricas, la polución, el estrés… yo me apunto.
Los retratos de los paisajes, de la vida de los cosacos, de las correrías de caza o de las refriegas con los chechenos, son escenarios que acompañan a nuestro personaje quien no puede evitar quedar prendado de la sencillez y belleza de Mariana, de la valentía del aventurero Lúkashka y de la vida del viejo Yéroshka, pero Olenin, por su condición y posición es quien es, y no puede evitar que su vida pasada le persiga, pues en verdad siente que no es un cosaco, ni siquiera un buen soldado.
Una lectura amena, sencilla que por un instante nos hará ser libres, aunque como Olenín, al final, regresemos con el rabo entre las piernas a nuestra jungla, pues por mucho anhelo, sentimos que pertenecemos a esta mísera existencia del mundo y la civilización occidental.

2 comentarios:

  1. Tolstoi es siempre un clásico interesante. Quizás de los rusos yo elija a Dostoievsky porque creo que profundiza más en el alma de sus personajes, pero Tolstoi es pura narratividad y eso es magnífico.
    Un abrazo

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  2. Tolstoi es un escritor que de manera mágica y sencilla nos acerca al país más extenso y de extraordinaria riqueza cultural en el planeta tierra

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