SINOPSIS
DE LA EDITORIAL
Biografía de Vladimir Nabokov
Escritor,
crítico literario y profesor ruso nacionalizado estadounidense, Vladimir
Nabokov es considerado uno de los grandes autores en lengua inglesa
del siglo XX, gracias a obras tan conocidas como Lolita, Ada
o el ardor, Pálido fuego o Una belleza rusa.
Nacido
en una rica familia rusa, Nabokov hablaba tanto ruso como
inglés y francés. Tras huir primero de la Rusia comunista e instalarse en
Alemania e Inglaterra (donde realizó sus estudios en Cambridge), Nabokov abandonó
la Europa de la II Guerra Mundial para vivir en Estados Unidos. A partir de
1938 escogió el inglés como lengua literaria y desde 1941 comenzó a dar clases
de Literatura Comparada y Ruso en el Wellesley College, aunque también enseñó
en otras universidades, como Cambridge o Cornell.
El
gran éxito de Lolita, polémica novela que ha sido adaptada al cine
en varias ocasiones, permitió a Nabokov dedicarse por completo
a la literatura, retirándose a la localidad suiza de Montreux, aunque siguió
ofreciendo clases magistrales y conferencias sobre literatura en las que
defendía su idea esteticista del arte. Su influencia es notable en autores como Pynchon, DeLillo o Banville.
Además, Nabokov destacó
como entomólogo aficionado, siendo responsable de la colección de mariposas de
la Universidad de Harvard.
OPINION PERSONAL
Dolores, Lola, “Lolita”, icono sexual
acuñado por el propio autor allá por la década de los 50 popularizado unos años
después. Icono que aviva el morbo de los hombres maduros, sin embargo, pocos
han leído la novela y pocos son los que conocen el justo significado de dicha
acuñación.
Estamos ante el diario de un pedófilo
sometido a juicio que pretende que sintamos empatía por él, por Humbert
Humbert, el protagonista de la novela, y que nos creamos que son las ninfulas:
(Lolitas), quienes le incitan y provocan por su precocidad sexual.
Humbert vive una realidad paralela en la
que cree ciegamente todo lo que nos cuenta. Su patología, enfermedad o
tendencia sexual (dependiendo de cómo es entendido en psiquiatría), le hace ver
y vivir situaciones que provoca de forma consciente, pero que solo se
encuentran en su mente perversa, pues a ojos de alguien a quien pudiera
considerarse sexualmente “normal”, puede parecer, de hecho a mí me lo parece,
algo abominable y aberrante.
Y digo perverso porque en su fantasía
máquina la mejor forma de cometer el crimen perfecto en la figura de la señora
Haze, madre de Lolita y esposa de Humbert, con tal de allanar el camino hacia
su delirio, sin escatimar pelos y señales en describirnos la forma de cometer tan
execrable crimen, sin que de sus palabras se desprenda escrúpulo alguno ni
arrepentimiento al hablar de quitar la vida de nadie.
Es consciente en todo momento de que sus
actos pueden conllevar penas de prisión, por ese motivo, cuida con exquisitez
su conducta, intentando no ser sorprendido por ningún adulto que pueda
incriminarle, aprovechándose de la inocencia de su víctima. En mi opinión,
estamos ante la confesión de un depravado, enfermo o no, pues no me corresponde
a mí calificarlo, que actúa contra corriente de lo que podemos entender como
ética y moral intrínseca al ser humano.
La primera mitad de la obra me sorprendió de
forma desagradable, pues no me esperaba esa sincera confesión y realmente, no
entiendo que nadie pueda sentir morbo alguno con su lectura. En cuanto a la
historia, gana y mucho en la segunda parte, pues nuestro protagonista se
sumerge en diversas situaciones en las cuales pretende aflorar su lado más
humano y compasivo, a pesar de llevar en la sobaquera una pistola que
finalmente acabará utilizando, pues ya se conoce el dicho de “quien lleva
armas, está dispuesto a usarla”.
Sus eternos viajes en coche con Lolita,
huyendo de la civilización y buscando en moteles esa soledad cómplice para
poder perpetrar con total impunidad sus crimines, esa huida de la realidad y la
desesperación marcada en su rostro cuando su pequeña Haze se fuga con otro
depravado, le sumergen en una desesperación e impotencia que por primera vez logra
que el lector empatice con el personaje.
Su fijación por perseguirla y darle
alcance le convierte en un solitario enfermizo que traga kilómetros en su
busca, hasta que por fin, gracias a una carta de Lolita, la encuentra en una
choza, embarazada y casada, a punto de emigrar de EEUU. La carta es un punto de
inflexión al final de la obra, donde nuestro protagonista tiene una fijación,
asesinar al pervertido que se fugo con su Lolita, sin embargo, nada tiene que
objetar a su matrimonio ni al joven esposo de su nínfula.
Al
final de la obra nuestro autor nos aclara conceptos, ideas, argumentos y vicisitudes
por las que paso antes de su publicación, algo que es de agradecer pues te pone
en el lugar correcto, y ese es, ante una obra de ficción sacada de la mente de
nuestro autor quien no pretende dar clases de moralidad y mucho menos,
inmiscuirse ni adjetivar la conducta de su personaje principal. Sin embargo,
eso no impide que cada lector extraiga sus propias conclusiones y se configure
en su mente un debate apasionante sobre los límites de la sexualidad, sobre lo
correcto e incorrecto, sobre lo aceptable o reprochable, sobre lo que está bien
o mal…
Es una obra muy recomendable, quizás
alguien en sus primeras páginas sienta animadversión, pero recomiendo una
lectura pausada, tranquila y sosegada para entender el gran alcance de esa obra
publicada a mediados del siglo pasado y que quizás, en ciertos lugares, hoy
día, recibiría una crítica descarnada, olvidando la coletilla del autor,… es,
sencillamente, una obra de ficción, y yo añado, una gran obra de la literatura
universal.
[Vengo del grupo Reseñas literarias de Facebook donde te he dejado el mismo comentario que reproduzco debajo]
ResponderEliminarLa leí hace años. Hubo momentos que me aburrió algo y otros en que me pareció excelsa. Tras leer tu estupenda reseña creo que debería volver a leerla pues han pasado los años por mí y seguramente atenderé más a sus indudables cualidades literarias.
Un abrazo