lunes, 18 de junio de 2018

Lolita de Vladimir Nobokov



SINOPSIS DE LA EDITORIAL

La historia de la obsesión de Humbert Humbert, un profesor cuarentón, por la doceañera Lolita es una extraordinaria novela de amor en la que intervienen dos componentes explosivos: la atracción «perversa» por las nínfulas y el incesto. Un itinerario a través de la locura y la muerte, que desemboca en una estilizadísima violencia, narrado, a la vez con autoironía y lirismo desenfrenado, por el propio Humbert Humbert. Lolita es también un retrato ácido y visionario de los Estados Unidos, de los horrores suburbanos y de la cultura del plástico y del motel. En resumen, una exhibición deslumbrante de talento y humor a cargo de un escritor que confesó que le hubiera encantado filmar los pic-nics de Lewis Carrol


Biografía de Vladimir Nabokov

Escritor, crítico literario y profesor ruso nacionalizado estadounidense, Vladimir Nabokov es considerado uno de los grandes autores en lengua inglesa del siglo XX, gracias a obras tan conocidas como LolitaAda o el ardorPálido fuego o Una belleza rusa.
Nacido en una rica familia rusa, Nabokov hablaba tanto ruso como inglés y francés. Tras huir primero de la Rusia comunista e instalarse en Alemania e Inglaterra (donde realizó sus estudios en Cambridge), Nabokov abandonó la Europa de la II Guerra Mundial para vivir en Estados Unidos. A partir de 1938 escogió el inglés como lengua literaria y desde 1941 comenzó a dar clases de Literatura Comparada y Ruso en el Wellesley College, aunque también enseñó en otras universidades, como Cambridge o Cornell.

El gran éxito de Lolita, polémica novela que ha sido adaptada al cine en varias ocasiones, permitió a Nabokov dedicarse por completo a la literatura, retirándose a la localidad suiza de Montreux, aunque siguió ofreciendo clases magistrales y conferencias sobre literatura en las que defendía su idea esteticista del arte. Su influencia es notable en autores como PynchonDeLillo o Banville.

Además, Nabokov destacó como entomólogo aficionado, siendo responsable de la colección de mariposas de la Universidad de Harvard.


OPINION PERSONAL

Dolores, Lola, “Lolita”, icono sexual acuñado por el propio autor allá por la década de los 50 popularizado unos años después. Icono que aviva el morbo de los hombres maduros, sin embargo, pocos han leído la novela y pocos son los que conocen el justo significado de dicha acuñación.
Estamos ante el diario de un pedófilo sometido a juicio que pretende que sintamos empatía por él, por Humbert Humbert, el protagonista de la novela, y que nos creamos que son las ninfulas: (Lolitas), quienes le incitan y provocan por su precocidad sexual.
Humbert vive una realidad paralela en la que cree ciegamente todo lo que nos cuenta. Su patología, enfermedad o tendencia sexual (dependiendo de cómo es entendido en psiquiatría), le hace ver y vivir situaciones que  provoca de forma consciente, pero que solo se encuentran en su mente perversa, pues a ojos de alguien a quien pudiera considerarse sexualmente “normal”, puede parecer, de hecho a mí me lo parece, algo abominable y aberrante.
Y digo perverso porque en su fantasía máquina la mejor forma de cometer el crimen perfecto en la figura de la señora Haze, madre de Lolita y esposa de Humbert, con tal de allanar el camino hacia su delirio, sin escatimar pelos y señales en describirnos la forma de cometer tan execrable crimen, sin que de sus palabras se desprenda escrúpulo alguno ni arrepentimiento al hablar de quitar la vida de nadie.
Es consciente en todo momento de que sus actos pueden conllevar penas de prisión, por ese motivo, cuida con exquisitez su conducta, intentando no ser sorprendido por ningún adulto que pueda incriminarle, aprovechándose de la inocencia de su víctima. En mi opinión, estamos ante la confesión de un depravado, enfermo o no, pues no me corresponde a mí calificarlo, que actúa contra corriente de lo que podemos entender como ética y moral intrínseca al ser humano.
La primera mitad de la obra me sorprendió de forma desagradable, pues no me esperaba esa sincera confesión y realmente, no entiendo que nadie pueda sentir morbo alguno con su lectura. En cuanto a la historia, gana y mucho en la segunda parte, pues nuestro protagonista se sumerge en diversas situaciones en las cuales pretende aflorar su lado más humano y compasivo, a pesar de llevar en la sobaquera una pistola que finalmente acabará utilizando, pues ya se conoce el dicho de “quien lleva armas, está dispuesto a usarla”.
Sus eternos viajes en coche con Lolita, huyendo de la civilización y buscando en moteles esa soledad cómplice para poder perpetrar con total impunidad sus crimines, esa huida de la realidad y la desesperación marcada en su rostro cuando su pequeña Haze se fuga con otro depravado, le sumergen en una desesperación e impotencia que por primera vez logra que el lector empatice con el personaje.
Su fijación por perseguirla y darle alcance le convierte en un solitario enfermizo que traga kilómetros en su busca, hasta que por fin, gracias a una carta de Lolita, la encuentra en una choza, embarazada y casada, a punto de emigrar de EEUU. La carta es un punto de inflexión al final de la obra, donde nuestro protagonista tiene una fijación, asesinar al pervertido que se fugo con su Lolita, sin embargo, nada tiene que objetar a su matrimonio ni al joven esposo de su nínfula.
 Al final de la obra nuestro autor nos aclara conceptos, ideas, argumentos y vicisitudes por las que paso antes de su publicación, algo que es de agradecer pues te pone en el lugar correcto, y ese es, ante una obra de ficción sacada de la mente de nuestro autor quien no pretende dar clases de moralidad y mucho menos, inmiscuirse ni adjetivar la conducta de su personaje principal. Sin embargo, eso no impide que cada lector extraiga sus propias conclusiones y se configure en su mente un debate apasionante sobre los límites de la sexualidad, sobre lo correcto e incorrecto, sobre lo aceptable o reprochable, sobre lo que está bien o mal…
Es una obra muy recomendable, quizás alguien en sus primeras páginas sienta animadversión, pero recomiendo una lectura pausada, tranquila y sosegada para entender el gran alcance de esa obra publicada a mediados del siglo pasado y que quizás, en ciertos lugares, hoy día, recibiría una crítica descarnada, olvidando la coletilla del autor,… es, sencillamente, una obra de ficción, y yo añado, una gran obra de la literatura universal.

1 comentario:

  1. [Vengo del grupo Reseñas literarias de Facebook donde te he dejado el mismo comentario que reproduzco debajo]
    La leí hace años. Hubo momentos que me aburrió algo y otros en que me pareció excelsa. Tras leer tu estupenda reseña creo que debería volver a leerla pues han pasado los años por mí y seguramente atenderé más a sus indudables cualidades literarias.
    Un abrazo

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