Ochenta y cuatro días seguidos sin
pescar es demasiado para un anciano sin estrella, que por el contrario nunca
pierde la esperanza. Sabe que tarde o temprano tendrá suerte y la vida le
sonreirá… ¿Suerte?
Santiago está en las últimas, es un
anciano pescador que tiene el reconocimiento de todos, y el cariño de Manolín,
pero el chaval no va a acompañarle en su aventura con el pez espada. Santiago
tiene que embarcarse solo porque es la historia de su vida, una vida de
esfuerzo, sacrificio y tenacidad, ese es Santiago, el viejo, y tiene que hacer
realidad su sueño, al que persigue sin descanso con lo poco que posee, un diminuto
esquife y su férrea voluntad.
Todos nos levantamos, caemos y volvemos
a levantarnos, es la historia de la humanidad ahora representada en el viejo
pescador que nos retrata Hemingway, Santiago. El sabor amargo de la derrota se
contagia como un reguero de pólvora cuando devoras las últimas páginas de esta
obra. Tú, lector y observador de la trama que hilvana el autor con un lenguaje
llano, cercano y a la vez experto, te sientes embargado por esa amargura que te
aprisiona el pecho y la garganta, porque ser testigo de esa incansable lucha,
de ese eterno sufrimiento, te hace sentir una empatía infinita por Santiago.
Recuerdo cuando de joven lo leí por
primera vez, no tengo la sensación de que en aquel entonces me afectara de
ninguna manera, ¡ay la juventud!, sin embargo, ahora, con el paso de los años,
encuentro una similitud aplastante con la realidad de la vida que nos envuelve
en nuestro camino por esta tierra que nos conduce a… ¿Quién sabe dónde?
He necesitado del cúmulo de mi
experiencia en la vida para darme cuenta de la grandeza de esta obra. Para
entender las ansias, los anhelos, las frustraciones, la lucha eterna, diaria,
cotidiana por cumplir un sueño, para luego darnos cuenta que somos simples transeúntes
de esta vida, que nada tenemos y nada nos pertenece. Por mucho que nos
empeñemos, solo hay una máxima,… sobrevivir y sentirse agradecido por el hecho
de existir.
La obra en sí misma no me importa nada,
el mensaje de su aventura es lo realmente significativo, lo que engrandece a
Hemingway, lo que encumbra a “El viejo y
el mar”, una obra escrita en 1952 por encargo de la revista Life sobre un anciano pescador cubano
que se enfrenta a la despiadada batalla de su vida por capturar un noble pez.
Noble como el corazón de Santiago que da gracias al creador por su fortuna, aún
temiendo lo peor, aún sabiendo que la vida te lo da y ella te lo quita.
Santiago, como todos, se siente
ilusionado, luego cansado y agotado, luego, simplemente derrotado, sin embargo
mañana será otro día y ya planea con Manolin salir a la mar, como gusta
llamarla Santiago, para aprovechar los dos o tres días de viento que quedan, y
volver a pescar juntos. Yes que la esperanza, las ganas de vivir, no se pierden
nunca, por muchas veces que tengamos que volver a levantarnos. Somos así,
temerarios, fuertes, incansables, como Santiago.
El nombre del autor de la reseña?
ResponderEliminarErnest Hemingway
Eliminar