martes, 3 de diciembre de 2013

Haikus de la Alhambra, de Francisco Acuyo

Editorial Asociación Cultural Jizo
Materia Español / Castellano | Poesía
Colección ELCIRCULO DEL LIMITE
EncuadernaciónTapa blanda o Bolsillo
Nº páginas 125
ISBN 978-84-938920-2-9
EAN 9788493892029


Reseña de José Enrique Martínez

Hay libros que son objetos de arte. Hablo del gusto moderno por la obra cuidada y primorosa, por el libro artístico, como estos Haikus de la Alhambra de Francisco Acuyo, iluminados por las espléndidas fotografías del eximio catedrático granadino Francisco Fernández.Poeta de línea tersa y clásica factura, Acuyo nos descubre una veta nueva inspirada en sus lecturas de poesía china y japonesa. Con aquella milenaria tradición comparte el carácter integrador de la poesía, sin los dualismos perturbadores de cuerpo y espíritu, intelecto y corazón, materia y forma. Es un impulso creativo totalizador el que mueve los versos de Acuyo, sin dejar de reconocer su duda con la tradición poética española, «donde se alcanzaron cotas insuperables de fuerza, gracia y expresividad». Conviene agregar que el sentido integrador del que hablamos lo es también en este libro de poesía y fotografía artística, que conviven en perfecta armonía. Ojo y oído invitados «a nutrirse de forma mutua». Se añade a lo dicho el suntuoso marco natural inspirador de los poemas y las imágenes: la Alhambra granadina y su entorno, que comparte con la poesía oriental «la sensibilidad y atención a la belleza como fuente indiscutible de verdad».


La tradición del haiku en nuestra lengua es ya más que centenaria. Pero la forma o fórmula japonesa goza en los últimos años de especial predilección entre los poetas, acaso por las mismas razones que se ofrecen para el auge del microrrelato, entre ellas la importancia de una especial sensibilidad, de la intuición, la sorpresa y la sugerencia, aspectos muy propios de las formas breves del arte. El haiku suma un halo de levedad poética que nos eleva. Confieso que pocas veces he leído haikus de tanta finura lírica como los de Francisco Acuyo. Finura, sensibilidad, delicadeza, aguda percepción del instante... Un primer ejemplo: «Fuente del alma / que en els ilencio ofreces / la música del agua». Lo de fuera se interioriza en el alma de un poeta dispuesto al asombro y al gozo: «Guardián del alma, / por el agua bogando / el cisne pasa». El agua representa la fluidez temporal; pero el poeta quiere captar un instante único de belleza: «En el estanque, / la eternidad se mueve / por un instante». Es el deseo de eternizar el instante: «Por la ventana/ la eternidad en sombras / brilló instantánea». Son 94 los Haikus de la Alhambra: susurros, silencios, tiempo detenido, música callada.


1 comentario:

  1. Felicidades a José Enrique Martínez por esta reseña. No conocía esta obra, pero es cierto que los Haikus son obra del más sensible de los poetas. Y a mi la poesía, en todas sus formas, me vuelve loca. De nuevo, felicidades por el trabajo.
    Besos
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