viernes, 21 de septiembre de 2012

Águila Lambda, de Pedro Santamaría

Reseña enviada por el autor.

Publicada en: http://www.mardetinta.com/el-aguila-y-la-lambda/

En apenas una semana, Ediciones Pàmies engrosará sus títulos de novela histórica con la publicación de “El águila y la lambda”. En El Mar de Tinta hemos tenido la oportunidad de leerlo en primicia, quedando tan satisfechos como estamos seguros quedarán los lectores a partir del 10 de septiembre. El poder púnico, el resplandor de Roma y la disciplina espartana dan la bienvenida al catálogo literario de esta nueva temporada.

Tres fueron las llamadas Guerras Púnicas que libraron Roma y Cartago por la obtención de la hegemonía mediterránea y, por aquel entonces, mundial. Pedro Santamaría ha trasladado la Historia de la primera de ellas a la cuidada ficción que nos ofrece “El águila y la lambda”. Desconocida en detalle para muchos, el autor santanderino relata las tres batallas más significativas que marcarían el destino y la gloria de las dos grandes potencias.

La novela tomó forma en el estudio del escritor durante el verano del 2011, justo después de haber publicado su primer trabajo en la misma editorial. Mientras “Okela” cosechaba excelentes críticas como ópera prima de Santamaría, la flota imperial de Roma surcaba los mares con el firme propósito de aniquilar a su rival cartaginés en sus propias tierras.
 
Roma, Cartago y Esparta

Durante 10 años de guerra, ni Roma ni Cartago han conseguido imponerse con supremacía la una ante la otra. Roma, perseverante por naturaleza, no está dispuesta a paladear una victoria a medias. Sin más preámbulo, en el año 256 a. C., el Senado envía a Marco Atilio Régulo -elegido cónsul por segunda vez- a África con una flota de 300 naves y un segundo y molesto cónsul, Lucio Manlio Vulso Longo.

Tras una humillante derrota de la flota púnica en el mar, su elemento indiscutible hasta entonces, el orgullo cartaginés quema su última baza buscando ayuda en el extranjero. Jantipo y sus hombres, los últimos en hacer la agogé espartana, aceptan el imponente desafío comprometiéndose a evaluar la situación y expulsar al pueblo invasor si las condiciones no suponen un suicidio colectivo.

Los altos cargos cartagineses, para asegurar la lealtad de Jantipo hacia ellos y su nación, contratan los servicios de la cortesana más codiciada de la inexpugnable Cartago para vigilar de cerca los movimientos del espartano. Arishat, mercenaria del amor de una belleza exótica y cautivadora, jugará un papel determinante en el devenir de la vida de los protagonistas y de la mismísima Historia.

Curtidos en mil batallas

Esta novela nació gracias a la fascinación que dos de los personajes principales causaron en el autor, quien encontró una historia digna de ser contada en los relatos del historiador griego Polibio. Se conoce muy poco del cónsul romano Régulo y del espartano Jantipo, pero sí lo suficiente como para germinar en la creatividad del polifacético Santamaría. La personalidad de ambos, correctamente moldeada y salpicada de carisma, hará las delicias de los lectores que busquen en este libro el máximo exponente de los valores imperantes en un mundo de héroes: honor y disciplina.

Pero estos dos hombres de leyenda no son los únicos protagonistas de esta trepidante novela. Para ensalzar sus hazañas e hilar una trama sin fisuras, Pedro Santamaría ha incluido a Aulio Porcio Bíbulo (tripulante de la flota de la República) y Arishat (cortesana cartaginesa). Con ellos, el autor ha hecho mayor hincapié en mostrar una evolución psicológica. Conforme avanzamos la lectura, ambos sufrirán diferentes avatares que les hará replantearse su errática y superficial existencia. El amor y la amistad verdaderos serán los únicos capaces de doblegar la bravura interior que un hombre hecho a sí mismo y una mujer fría y calculadora han convertido en su más preciada coraza.

El libro está dividido en tres partes: “La sombra del águila”, “La batalla de los llanos del Bragadas” y “Cuatro destinos”. Un narrador omnisciente describe con detalle y fluidez las circunstancias que atañen a los cuatro protagonistas. Los capítulos, cortos y ligeros, están dedicados en exclusiva a cada uno de ellos, aunque las diferentes perspectivas se verán mezcladas en el relato crudo y realista que compone una segunda parte donde se libra la batalla definitiva.

Dinámico y visual

El águila y la lambda” ofrece una oportunidad única de disfrutar del aprendizaje y del entretenimiento que destila el estilo directo, fresco y ampliamente descriptivo de Pedro Santamaría. El vocabulario, rico y ceremonioso, nos transporta sin dificultad al s. III a. C., donde el sol nos quema la piel y las eternas caminatas minan nuestras fuerzas.

La exquisita recreación del escenario se ve acelerada con los constantes y determinantes diálogos. No hay frases de sobra, confiriendo un ritmo frenético a los episodios de acción incombustible. Por ello, no cuesta imaginar una adaptación a la pequeña pantalla en forma de serie, donde el epicismo y la pasión rezumen con la misma intensidad que en el papel.

Sus pocas más de trescientas páginas nos dejan con ganas de más, sobre todo a los apasionados del género y, en concreto, a los amantes de la atmósfera que envuelve a estas civilizaciones que jamás imaginaron que llegarían a extinguirse.

Historia clásica

Cuesta figurarse una gesta en contra de “los hijos de la loba” sin la presencia del mayor enemigo que conoció el Imperio Romano en su máximo esplendor, Aníbal. Por razones cronológicas, el hijo de Amílcar Barca no es necesario para despertar el interés del público en una obra donde hay ingredientes y personajes que hechizarán la atención del público por sí mismos.

Sin embargo, a lo largo de la novela hay pequeñas pinceladas que definen la figura de quién llegaría a ser el gran Amílcar Barca, al que muestra como un joven justo, inteligente, sagaz y necesario para la estabilidad de Cartago. El autor no exhibe especial simpatía por ninguna de las dos civilizaciones, pero sí ensalza los valores positivos de ellas y condena su codicia y errores políticos y estratégicos. Sin conseguir eclipsar a Régulo y Jantipo, un inexperto Amílcar supone un renovado interés por conocer el desarrollo de las dos siguientes Guerras Púnicas. Aquel que quiera seguir los designios de padre e hijo, encontrará en la misma editorial ‘El espíritu del lince’, reseñado por El Mar de Tinta en abril.

Nota sobre la edición

El diseño de portada, tan espectacular y característico de Ediciones Pàmies, recoge la esencia de “El águila y la lambda” mostrando a un romano y a un espartano luchando cuerpo a cuerpo, mientras los enormes elefantes transportan a los cartagineses bajo la atenta mirada de unos hermosos ojos verdes.

En una nota final, Santamaría deja constancia de cuáles son los límites entre realidad y ficción. Además, detalla el porqué de algunas licencias literarias que ha tenido a bien incluir y que podrían haber desconcertado a los expertos en la cultura romana y cartaginesa. Por ejemplo, el título de la novela o la aparición del apellido Barca antes de tiempo. Para los menos duchos en la I Guerra Púnica, la perfecta explicación de las batallas va acompañada con esquemas que permiten imaginar el arte de la guerra con un simple golpe de vista.

En El Mar de Tinta estamos convencidos de que ésta no será la última incursión literaria de Santamaría en el mundo de la novela histórica. Esperamos que, como ya ocurrió en la publicación de “Okela”, el autor haya comenzado a trabajar en lo que podría ser su tercer libro.

Quienes no puedan esperar al próximo 10 de septiembre, podrán aplacar su curiosidad leyendo on-line el primer capítulo en este enlace:http://www.edicionespamies.com/contenidos/info/libros/PCAguilayLambda[1344443785].pdf


1 comentario:

  1. vicente@herveluz.com1 de octubre de 2012, 15:52

    MERECIO LA PENA

    AS ESTADO A LA ALTURA,COMO EN OKELA LO ESTUVISTES

    GRACIAS POR HABERME PERMITIDO HACER ESTE RECORRIDO CONTIGO

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