Título: El Jardín de las fieras
Autor: Jeffery Deaver
Lengua: CASTELLANO
Encuadernación: Tapa blanda bolsillo
ISBN: 9788466369480
Nº Edición:1ª Año de edición:2007
Plaza edición: MADRID
Reseña nº 12 para el certamen de Reseñas Literarias, valora la reseña
La novela a la que va dedicado el FOTOLOG de hoy no pasará a la historia de la literatura universal.
No obstante he de reconocer que su lectura ha supuesto para mí un acto de lo más placentero merced a su apasionante historia y al hecho de que gracias a ella he vuelto a tener la oportunidad, aunque haya sido a distancia, de caminar por las calles de Berlín.
Jeffrey Deaver, el escritor que salto a la fama gracias al detective tetrapléjico Lincoln Rhyme, protagonista de la serie iniciada por EL COLECCIONISTA DE HUESOS, en esta trepidante novela cambia las calles del Manhattan de nuestros días por las del Berlín Olímpico.
Paul Schumann, un asesino profesional al servicio del mafioso que mejor pague recibe por parte del Gobierno de EEUU, con un estilo digno de La Mafia, una propuesta que no podrá rechazar: una vida entre rejas o una nueva vida a cambio de un último “trabajo de limpieza”.
Deseoso de cambiar de vida, y dejar de ser el que tiene que arreglar los errores de Dios, Schumann acepta la misión encomendada, la cual tiene por objetivo “despachar” a Reinhard Ernst, lugarteniente de Hitler y artífice del prodigioso, a la par que peligroso, rearme de la Alemania gobernada por ese loco, tan tristemente famoso, llamado Adolf Hitler. A lo largo de las 650 páginas de la novela, meced a una prosa ágil y a una esmerada descripción de personajes y de la época en la que se desarrolla, seguimos a Shummann por los bajos fondos de Berlín, conocemos los entresijos de los Servicios Secretos norteamericanos y ante todo y sobre todo asistimos con pena a como un país va siendo progresivamente dominado por la locura desatada por el III Reich.
A parte del personaje de Schumann, un asesino con conciencia, muy bien dibujado por Deaver deambulan por esta novela otra sería de personajes secundarios que contribuyen a enriquecerla. Conoceremos de esta forma a Willi Kohl, detective educado en la escuela de la policía Prusiana, la mejor de su época, el cual pese a ver como, poco a poco, la Kripo ve mermados sus efectivos y su presupuesto en beneficio de la GESTAPO (más interesada en detener a judíos, homosexuales, comunistas, o gente “no adicta” al Fuher) no descansará hasta descubrir al asesino que anda suelto por las calles de la capital germana.
El lema: “Era hijo de alguien, tal vez hermano de alguien, esposo o amante de alguien y quizá tuvo la suerte de criar hijos y de tener antiguas amantes que lo recuerdan con cariño”, con el que conciencia a su advenedizo compañero de la importancia que tiene resolver la muerte de alguien define bien a las claras a este hombre, el cual a parte de su ardua tarea profesional tendrá también que lidiar con la crianza de unos hijos que, de forma preocupante, van siendo “abducidos” por los “enfermizos mandamientos” hitlerianos. No menos importante es el papel jugado por Kathe Richter, mujer endurecida por la vida que a parte de llegar al corazón del asesino llegará también a su conciencia. Serán las conversaciones con Kathe las que hagan ver a Schumann la verdadera cara del Mal, pues a través de ellas conocerá las entrañas de un sistema político basado en la imposición del terror y la censura, censura capaz de condenar al ostracismo la música de jazz o la belleza que anida en la “Obra poética completa de Johann Wolfgang Von Goethe”.
Gracias a la historia relatada por Kathe, sobre las andanzas de esos matones ataviados con “camisas pardas”, sabremos la razón por la cual el hermoso parque Tiergarten, “Jardín de Animales” en recuerdo de cuando era lugar de deleite de la aristocracia prusiana como coto de caza de jabalíes y ciervos, paso a ser conocido como “El Jardín de Las Fieras”.
En resumen, sin ser uno de esos libros de alta calidad literaria, que según mi hermana un servidor debería leer antes de pasar a mejor vida, la obra de Deaver es de lo más recomendable para los amantes del “Thriller policíaco con Alma” y pone una vez más de manifiesto que tal como dijo el escritor y pensador progresista Edmund Burke: "La única cosa necesaria para que el mal triunfe es que los hombres buenos no hagan nada."
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