Cañas y Barro, Vicente Blasco Ibáñez

Cañas y Barro
Vicente Blasco Ibáñez
Serie clásicos

Reseña de Amando Lacueva

Novelista y republicano valenciano, nació en enero de 1867. Aunque muchos le tachan de ser un fiel exponente de la generación del 98 sus coetáneos no le admitieron nunca entre ellos. Cursó los estudios de derecho en la Universidad de Valencia, pasando su vida entre el periodismo, la literatura y la política.
A Vicente le etiquetan dentro del naturismo literario, un estilo basado en reproducir la realidad con objetividad, aunque sus obras no se encuentran exentas de costumbrismo, reflejando los usos y tradiciones sociales de la época con gran precisión y maestría.
Cañas y barro es la historia de una familia de pescadores, Los Palomas, que dada la miseria en que vivían deciden emprender una lucha con la albufera para transformarse en labradores arroceros.
El escenario es la albufera Valenciana, hoy convertido en parque natural, y la obra narra las relaciones personales que mantenían entre ellos y su entorno.
La historia se inicia cuando Tio Paco (Cañamel), uno de los personajes de la obra, tiene un encuentro con tío Paloma, dando comienzo al relato de la saga familiar, deteniéndose especialmente en Tonet, el nieto de éste.
A través de sus páginas conoceremos el nacimiento de Tono (hijo de tio Paloma), la muerte de su madre y la venida al mundo de Tonet, su hijo, (nieto de tío Paloma) así como de la adopción de la Borda.
Tonet y sus aventuras por la Albufera con Sangonela y Neleta, es el centro de atención inicial de la obra. La Guerra de Cuba es un punto de inflexión en la vida de Tonet. A su regreso es sonreído por la suerte y en el sorteo que realizan le corresponde el mejor lugar de pesca Rodolíns.
Neleta, el amor de su infancia y juventud está casada con Tio Paco (Cañamel), sin embargo éste fallece y su eterno amor, en uno de esos constantes escarceos, se queda embarazada de Tonet.
No voy a revelar los caminos que la vida les impone, ni el increíble e impresionante final de la obra, una obra con una excelente narrativa, rica, culta, pero totalmente inteligible y amena. Ibáñez no se anda por las ramas ni con rodeos, simplemente cuenta una historia con una enorme riqueza de vocabulario.