martes, 2 de marzo de 2010

La traición de Roma, de Santiago Posteguillo


Lengua: CASTELLANO
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 9788466640824
Colección: Histórica
Nº Edición:1ª
Año de edición:2009
Plaza edición: BARCELONA
Páginas: 800



Reseña de Amando Lacueva.


Ingrata patria, ne ossa quidem mea habes (Ingrata patria, ni siquiera tienes mis huesos)
Con La traición de Roma, Santiago Posteguillo culmina su trilogía histórica sobre la vida de Publio Cornelio Escipión. Las primeras entregas que conforman la obra fueron Africanus y Las legiones malditas.
Nunca antes un titulo de cuatro palabras ha brindado tanto sentido al contenido de una obra. La Traición de Roma se resume en el epitafio grabado en la sepultura del general romano: Ingrata patria, ne ossa quidem mea habes (Ingrata patria, ni siquiera tienes mis huesos)
Roma, ramera entre las rameras, instigada por el despreciable Catón, traicionó al mejor general de toda su historia, relegándolo al destierro y al ostracismo en su finca del sur de Italia.
Narrada en tercera persona, introduce una voz más cercana a través de las memorias del propio Publio Cornelio Escipión, (memorias presuntamente perdidas entre las llamas del incendio de la biblioteca de Alejandría), ofreciendo así una perspectiva en primera persona totalmente amena a la vez que apasionante.
Posteguillo, con la misma maestría de Ken Follet, ha sabido tratar el siempre difícil envejecimiento de sus personajes de una forma increíblemente real, ofreciendo un final a cada uno de ellos con una lógica innegable. Desde un principio, nos vemos acompañados por el infatigable y leal Cayo Lelio. Odiamos a Quinto Fabio Máximo, así como al vil Catón y sus maquinaciones políticas para acabar con la vida de Publio. Participamos, desde nuestra posición de privilegio como lectores, del coraje de Aníbal y su decadencia, ese profundo odio del general cartaginés hacia los romanos y el enorme respeto hacia el general que le derrotó en Zama. Vemos crecer a Cornelia Mayor, Cornelia Menor y a su hijo primogénito y nos damos cuenta, de la grandeza de aquellos hombres en un tiempo convulso y difícil.
Con las dos primeras entregas, nos deleitamos con unas batallas épicas memorables. Contiendas que tuvieron su culminación en Las Legiones Malditas con la batalla de Zama. La traición de Roma posee menos pasajes belicosos, si bien la batalla de Magnesia en Asia contra el rey Antioco III se convierte en un fragmento inolvidable. Posteguillo se centra principalmente en las conspiraciones políticas del senado romano y en las relaciones familiares del general, y es ahí, en los últimos días de vida del dos veces cónsul, cuando Posteguillo baja un poco la guardia y ralentiza la trama de su obra. Pero eso es algo pasajero, pues la novela te atrapa desde la primera página, manteniendo la tensión durante más de 800 hojas.
Yo, un eterno enamorado de la siempre vigente trilogía de Alejandro Magno de Valerio Massimo Manfredi, una obra literaria digna de un maestro a mi parecer, me enfrenté a la lectura de la obra de Posteguillo con escepticismo. Sin embargo, Santiago ha provocado que Manfredi quede relegado a un segundo término con esta obra maestra de la literatura española. Te encuentras en mitad de un campo de batalla blandiendo un gladio, luchando codo con codo con Escipión contra los sirios, los cartagineses, los iberos…, o sentado en un banco de piedra fría en las largas sesiones del senado, o enfermo por las fiebres de Hispania, postrado en una cama tiritando bajo los cuidados de tu esclava. En ocasiones, toca disfrutar con el vino o el mulsum y los placeres de la vida: así te sientes cuando paseas entre las páginas de esta gran obra. No existe relax, tus enemigos te acechan, son muchos, todos conspiran contra ti, pero tus amigos son leales hasta la muerte.
El espíritu del mayor general de todos los tiempos, Alejandro Magno, impregna el aire de Magnesia, al sur de Asia Menor. Publio recuerda las enseñanzas de Tindaro, y la batalla de las batallas: Gaugamela, se reproduce entre romanos y sirios, porque quien aprende del pasado, puede llegar a controlar el futuro inmediato. Así Publio Cornelio Escipión, el general de generales, enfermo nuevamente por las fiebres de Hispania y uno de los mayores estrategas de nuestra historia, plantea una batalla con una estrategia nuevamente digna de una inteligencia privilegiada contra un ejército muy superior que le dobla en número. Y no solo eso, Antíoco posee un centenar de elefantes y los temibles catafractos, la caballería blindada e invencible. La soberbia de Antíoco, le impide hacer caso al general extranjero, Aníbal, mercenario a sus órdenes. Esa decisión equivocada escribirá la historia, donde el imperio romano se expandirá por todo el mundo conocido.
Una novela con un enorme rigor histórico, aunque quizás los ortodoxos recriminen alguna licencia del autor en ciertos aspectos oscuros de la historia que Santiago ha salvado con unos diálogos apasionantes, verosímiles y brillantes.
Santiago Posteguillo, filólogo y lingüista, doctor europeo por la Universidad de Valencia, nos demuestra que la calidad literaria es fruto del esfuerzo y del saber hacer, del tesón y la constancia. Si no la lees, será tu eterna asignatura pendiente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario