miércoles, 21 de marzo de 2018

EL REGRESO DE SHERLOCK HOLMES, ARTHUR CONAN DOYLE


EL REGRESO DE SHERLOCK HOLMES

SINOPSIS EDITORIAL




Cansado de la preponderancia que la figura del genial detective había alcanzado en su vida y obra, Arthur Conan Doyle (1859-1930) lo hizo desaparecer en «Las memorias de Sherlock Holmes», tras una primera claudicación en «El sabueso de los Baskerville», bajo forma de episodio recordado por su fiel Watson, las aventuras reunidas en El regreso de Sherlock Holmes supusieron la definitiva resurrección del inolvidable inquilino del 221b de Baker Street. Los trece nuevos y apasionantes casos en que se ve envuelto el brillante e hipocondríaco investigador comienzan con «La aventura de la casa vacía», donde Holmes reaparece de forma no menos efectista que cuando, diez años antes, había desaparecido, junto con su archienemigo Moriarty, en las cataratas de Reichenbach.

OPINION Y COMENTARIOS

Como todo en esta vida, hay cosas que cansan, y un autor puede verse agotado y cansado por el enorme éxito de uno de sus personajes. Mejor enterrarlo en el abismo de la memoria y olvidarse de él, pues todo tiene un comienzo y un final, en este caso, un final fallido recogido en la penúltima obra de Doyle: Las Memorias de Sherlock Holmes, obra que tuve la oportunidad de leer hace escasos meses.
Y digo final fallido porque dada la presión a la que fue sometido nuestro querido Doyle, no tuvo más alternativa que resucitarlo, como hace en el primer relato del manuscrito que nos ocupa. Y es que nada resulta más fácil, o difícil para un autor que resucitar uno de sus personajes alzándose en ese instante en un dios omnipotente que puede hacer y deshacer a su antojo, y lo digo por experiencia propia, pues yo mismo me vi en la obligación de “resucitar” a uno de mis personajes más carismáticos.
La obra nos regala trece relatos que ensalzan de forma brillante los poderes deductivos del criminólogo/detective más afamado de la historia literaria y que no comentaré de forma individualizada, dado que en lugar de una reseña nos enfrentaríamos a un tratado largo y tedioso que echaría para atrás al más entusiasta de los lectores.
A estas alturas, poco o nada tengo que descubrir de Doyle, Sherlock o Watson, pues sobre ellos han corrido ríos de tinta que encumbran la pluma del autor y la sagacidad e inigualable capacidad deductiva de Holmes, así como la infinita amistad de su inseparable doctor Watson.
No se entendería la obra de Doyle sin esta carismática pareja, sin su exquisitez en el planteamiento de los relatos y la facilidad de su lectura, sin su atemporalidad, pues no pasa el tiempo para ellos, sin esa intriga constante, sin intentar avanzar y ser el primero en descifrar los enigmas que la mente de nuestro autor nos plantea en todos y sin cada uno de los casos que dieron fama internacional a Holmes. Si hay que destacar alguno de ellos, me inclino por Los Bailarines, y Los seis Napoleones, relato que, aunque reconozco que era un final previsible, no por eso deja de resultar apasionante.
Pero vosotros no os podéis quedar con solo esos dos, tenéis que ampliar horizontes y devorar los trece, pues forman un compendio de entretenimiento que os sumerge en la vida apasionante de un hombre cargado de manías; su pipa, su violín, sus disfraces, su perspicacia, su intachable honestidad, su mente inquieta, su predisposición para afrontar los retos que cada asesinato le plante, y ese mente que en ocasiones antepone el honor a la ley, casos en los que la empatía del lector por la actuación del detective, le ensalzan y encumbran.
En definitiva, una lectura amena, que es lo que realmente importa.
Pasároslo bien y disfrutar.


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