jueves, 2 de noviembre de 2017

Abel Sánchez, de Miguel de Unamuno

Miguel de Unamuno: (1864 - 1936) Filósofo y escritor español. Estudió cátedra de griego en la universidad de Salamanca, de la que llegó a ser rector. En 1924, debido a su oposición al dictador Primo de Rivera, fue desterrado a Fuerteventura, desde donde huyó a Francia. Volvió a España en 1930 y tras la proclamación de la segunda república fue nombrado rector de la universidad de Salamanca y elegido diputado. Socialista en su juventud, defendió luego ideas republicanas, siempre desde una gran independencia. En agosto de 1936 el gobierno republicano le privó del título de rector vitalicio, pero sus relaciones con los militares sublevados a los que apoyó, fueron también conflictivas. Su pensamiento, muy influido por Kierkegaard, supone una reacción contra el cientifismo y contra el racionalismo y concibe la vida como conflicto permanente entre el sentimiento de la inmortalidad y de Dios y la razón que lo invalida a cada paso. Su estilo es sobrio y preciso, con un lenguaje que refleja exactamente su pensamiento y utiliza antítesis y paradojas. En sus novelas, que él llamó nivolas, prescinde de las descripciones y descuida la creación de caracteres, pues sólo pretende conseguir un universo que responda a sus preocupaciones.

Sinopsis de la editorial
Abel Sánchez supone la incorporación a la trayectoria novelística de Unamuno de un nuevo modo narrativo: el confesional. Un tema que pertenece al acervo de la cultura y que ha sido abordado por la literatura en todos los géneros recibe aquí un doble tratamiento, ya que puede ser leída como otra versión de la vieja historia de Caín y Abel -una historia de pasión- o como el análisis de la interioridad de un personaje -la historia de una pasión-. Más allá todavía de ello, Unamuno trata de penetrar en lo que se ha señalado como vicio histórico de los españoles, la envidia y el cinismo.
Publicada en 1919, "Abel Sánchez" no tuvo una feliz acogida, debido probablemente (como el propio autor escribía en 1920) a que «las gentes huyen de la tragedia cuando ésta es íntima». Sin embargo, el paso del tiempo ha situado esta impresionante parábola del conflicto fratricida entre las grandes obras de Miguel de Unamuno (1864-1936). En el prólogo a esta edición, Luciano González Egido explica las razones por las que esta «novela quirúrgica» sobre la envidia se adelantó a su época.

Impresión personal
No debemos olvidar que Caín de Byron fue traducido por Miguel de Unamuno, y su lectura influyó de manera notable en la obra que nos presenta. La biblia nos relata el pasaje de Caín y Abel, dos hermanos, uno, preferido por Dios, el otro, abocado a asesinar a su hermano. Ninguno hizo merito alguno para nada, ni para obtener el favor del creador, ni su justicia que escapa al entendimiento humano.
En la historia de Abel y Joaquín Monegro, Unamuno nos habla de sentimientos y pasiones. Nos cuenta cómo es posible una vida entera dedicada a odiar a una persona, una persona que en principio es tu mejor amigo. Las envidias por el éxito como pintor de Abel y el hecho de que se casara con su prima Helena, amor de Joaquín, y ésta le diera un hijo: “Abelin”, conduce a Joaquín a Casarse con la santa Antonia, lo que le da una hija, pero a pesar de amarla, su predilección es acercarse a Abelin con el objeto de desprender a su amigo de todo cuanto posee, fama, hijo y si fuera posible, a Helena, su prima.
Joaquín vive una vida entera sumergido en un odio patológico que oprime su existencia, y parece intentarlo todo para que eso no suceda, desde refugiarse en el alcohol hasta en la fe de la iglesia, pero nada parece sofocar ese gran odio, ni siquiera la mezcla de sangres que logra casando a su hija con Abelin.
Joaquín siente un enorme desprecio interior hacia Abel, sin embargo actúa como su mejor amigo en público, pero la envidia le corroe hasta sus últimos días.
Es una historia atemporal, pues todos podemos caer en la tentación de hacer de nuestra vida una cruzada en contra de alguien debido a un odio patológico que no logra apartar de su mente un solo instante.




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