Resumen y sinopsis de la editorial de “Las
memorias de Sherlock Holmes”, de Arthur Conan Doyle
Estos once relatos están entre los más notables que resolvió Sherlock
Holmes. Pero más notable aún es que Conan Doyle se sintió abrumado por la fama
del personaje y lo hace morir (o eso parece) en el último cuento "El
problema final". No resistiría la presión y años más tarde hubo de
resucitarlo. un libro indispensable para todos los seguidores del famoso
detective inglés. Contenido:
"Estrella de Plata" El "Gloria Scott", El hombre encorvado, El intérprete griego, El oficinista del corredor de bolsa, El paciente residente, El Ritual de Musgrave, El rostro amarillo, El tratado naval, Los hacendados de Reigate, El problema final.
"Estrella de Plata" El "Gloria Scott", El hombre encorvado, El intérprete griego, El oficinista del corredor de bolsa, El paciente residente, El Ritual de Musgrave, El rostro amarillo, El tratado naval, Los hacendados de Reigate, El problema final.
OPINIÓN PERSONAL
Con
tantos registros como alberga nuestra mente por las innumerables versiones cinematográficas
realizadas, los personajes de Sherlock y Watson los mantenemos pegados a la
retina y por suerte, conocemos hasta el más mínimo detalle de sus gustos,
excentricidades y peculiaridades, por lo que sobra descripción alguna en cuanto
a la perfecta definición de ambos. Todos los reconocemos al instante con el típico
sombrero, la pipa entre los labios y la lupa que los engrandece y como no,
utilizamos con cierto aire de satisfacción la tan manoseada frase de: “Elemental mi querido Watson”, ¿o acaso
tú no la has utilizado nunca?
Esta
obra nos deleita con once aventuras, (me he tenido que perder alguna porque
ciertas ediciones hablan de doce de ellas), y no, no son unas memorias al uso,
en primer lugar porque están escritas por el incondicional Watson, que recopila,
a lo largo de su estrecha amistad con Sherlock un racimo de las que a su
entender son las más interesantes de las que ha participado junto al sagaz
detective.
Doyle
es un maestro de la sugestión, a través de Sherlock nos manipula de forma
incesante con sus deducciones obtenidas de sutiles pistas que no pasan
desapercibidas a su gran poder de observación, y un simple rasguño en el
reverso de una mano cualquiera, le lleva a concluir sin el menor género de
dudas, la inocencia o culpabilidad del sujeto en cuestión. Sus deducciones las
lleva a tal extremo que con su buen hacer las reviste de credulidad, llevando al
lector a ese asombro general en cuanto a su perspicacia e ilimitada astucia.
Dentro
de las historias que nos narra Watson podrán encontrar algunas algo simples,
otras más complejas, pero todas ellas, apasionantes e interesantes, porque…
quién no trata de llegar a las mismas conclusiones que nuestro icónico
detective? Estoy convencido que todos hacemos cábalas y nos metemos en la piel
de nuestros queridos personajes para ayudarles en la resolución de los
misterios, y levantamos gozosos nuestra invisible copa, como un brindis al
viento, cuando logramos desenmascarar al horripilante criminal, su logro es nuestro triunfo.
Puedo
deciros que he disfrutado de todas ellas, sin embargo me detendré un instante
en la que Watson nos relata al final de esta obra: “El problema Final”. Prácticamente
desde el principio no intuyes nada bueno, y el paso de los párrafos, fragmentos
y páginas van corroborando tu impresión inicial. Sherlock se enfrenta a un
igual, una mente privilegiada que en este caso es utilizada para delinquir.
Ambos contendientes se respetan, pues son conscientes que su rival iguala su
intelecto, y las trampas, falsas pistas y situaciones que se crea, te conducen
a devorar esas últimas páginas con la esperanza de equivocarte.
Ya
no voy a deciros nada más, no sea que se me etiqueten de spoiler, pero si
aventuraros que Doyle corta por la tangente con nuestro personaje, dejando una
puerta abierta a la imaginación de cada lector y como reza en el resumen de la editorial, resurge como Ave Fénix en una nueva obra.
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