EL TIEMPO ENTRE COSTURAS, DE MARÍA DUEÑAS

Sinopsis oficial:

La joven modista Sira Quiroga abandona Madrid en los meses previos al alzamiento, arrastrada por el amor desbocado hacia un hombre a quien apenas conoce. Juntos se instalan en Tánger, una ciudad mundana, exótica y vibrante donde todo lo impensable puede hacerse realidad. Incluso, la traición y el abandono.

Sola y acuciada por deudas ajenas, Sira se traslada a Tetuán, la capital del Protectorado español en Marruecos. Con argucias inconfesables y ayudada por amistades de reputación dudosa, forja una nueva identidad y logra poner en marcha un selecto atelier en el que atiende a clientas de orígenes remotos y presentes insospechados.

A partir de entonces, con la contienda española recién terminada y la europea a punto de comenzar, el destino de la protagonista queda ligado a un puñado de personajes históricos entre los que destacan Juan Luis Beigbeder —el enigmático y escasamente conocido ministro de Asuntos Exteriores del primer franquismo—, su amante, la excéntrica Rosalinda Fox, y el agregado naval Alan Hillgarth, jefe de la inteligencia británica en España durante la segunda guerra mundial. Entre todos ellos la empujarán hacia un arriesgado compromiso en el que las telas, las puntadas y los patrones de su oficio se convertirán en la fachada visible de algo mucho más turbio y peligroso.

Opinión Personal: Francisco J. Portela

Había leído y escuchado las excelencias que se exponían por doquier sobre la primera novela publicada por María Dueñas, El tiempo entre costuras. Una autora que entró como un tsunami en el panorama literario nacional. Su exito éxito ha traspasado nuestras fronteras por lo que su ópera prima fue traducida a veinticinco idiomas. Más de dos millones de lectores avalan el éxito de la misma junto con la opinión de la crítica especializada.

«Una máquina de escribir reventó mi destino. Fue una Hispano-Olivetti y de ella me separó durante semanas el cristal de un escaparate». Así, de esta forma tan directa y contundente empieza la historia de Sira Quiroga, una mujer a la que, efectivamente, el destino le tenía reservado una vida que ni ella misma se podía imaginar en ese momento.

La autora supo aprovechar el despecho de Sira Quiroga para construir una historia en la que a penas decrece el ritmo durante los sesenta y nueve capítulos que la conforman manteniéndonos en vilo durante toda la trama porque está trabajada de tal forma que los ingredientes que hay en ella, como bien dice en la contraportada Mario Vargas Llosa, «intriga, amor, misterio y ternura» logran sus propósitos. Todo ello está magistralmente presentado mediante un estilo directo y un lenguaje sencillo adaptado a la idiosincrasia de cada personaje y sin abusar de los términos propios de la profesión de Sira Quiroja, modista. Es, sin duda, una novela que invita a estudiarla desde el aspecto lingüístico pues utiliza con precisión los recursos literarios que le dan un aire de frescura a su estilo. Se agradece también que los capítulos sean de corta duración pero intensos al mismo tiempo por lo que logra nuestra atención en cada escena que en ellos nos vamos a encontrar, a lo que hay que unir unos diálogos bien construidos que ayudan a que su lectura sea fluida.

Una labor exhaustiva llevada a cabo por la autora logra recrear la época en la que transcurre la trama. Así nos mostrará cómo era la España prebélica y el ambiente castizo en el que se movía la protagonista, el paisaje exótico del Protectorado Español de Marruecos y la vida en su capital, Tetuán, un mosaico en el que convivían distintas culturas invitándonos a adentrarnos por la medina, a pasear por las calles de la judería o a visitar las residencias que los españoles tenían en el ensanche.

Una época de contrastes en la que nos encontramos con la pobreza de unos y la opulencia y el glamour en el que nadaban los más poderosos. Opulencia que también volveremos a encontrarnos en el Madrid de la posguerra a donde se trasladará Sira Quiroga para continuar con su misión, pues nadie desconfiaría de que una modista de alta costura en cuyo taller se atendía, sobre todo, a las esposas de los militares nazis que hasta la ciudad norteafricana y la capital madrileña se habían trasladado y en donde se encontrarían con un conflicto de intereses con los aliados en una carrera entre ambos bandos en la que se presagiaba un inminente inicio de una nueva conflagración a escala mundial.

En este ambiente de intriga y misterio nos encontraremos con un ramillete de personajes de toda clase y condición social. Personajes todos ellos esbozados con trazos decididos por la autora entremezclándose históricos y ficticios. De los históricos solo me acordaba de la figura de Serrano Súñer, el cuñadísimo, pero el resto de ellos resultaton totalmente desconocidos para mi, como Rosalinda Fox, el Alto Comisionado del Protectorado de Marruecos, Juan José Beigbeder o Alan Hillgarht. Candelaria «la matutera» y Félix Aranda son, para mi, los personajes ficticios más queridos, la primera por sus extravagancias y trapicheos en los que estaba involucrada y el otro por su ironía y la cultura que atesora sirviendo como un peculiar maestro a Sira en el conocimiento de la vida social y las personalidades con las que se encontrará.

El tiempo entre costuras es una novela que rezuma historia por los cuatro costados lo que le da un aire previsible a la misma, no cabe duda, pero la novela de ficción histórica siempre adolecerá de este bendito defecto porque la historia pasada no se puede cambiar. Solo los hechos ficticios y las licencias que pueda tomarse el autor en determinados momentos de su obra, servirán para que el lector quede cautivado por el trabajo realizado. Y esto, sin duda, lo logra María Dueñas con la figura de Sira Quiroga y todo lo que ocurre a su alrededor. Es una gran oportunidad, sin duda, para que los que no acostumbran a leer novelas de ficción histórica se adentren en este género.