La bendición de la muerte fatal, de Marcos Muñoz y Mari Nieves Gálves

RESEÑA DE: Miguel A. Mateos Carreira

TITULO: La Bendición de la Muerte Fatal.

AUTOR/ES: Marcos Muñoz y Mari Nieves Gálvez.

ISBN:978-84-615-8256-3

EDITORIAL: Milmonos

PRECIO: 12 Euros.

PÁGINAS: 320.

RESUMEN:

Doctor Who es la serie de ciencia ficción más longeva de la tv, desde noviembre de 1963 con el episodio An Unearthly Child hasta la cancelación en 1989, al finalizar Survival. Tuvo un telefilm en 1996, hasta su regreso como toda una serie nueva y renovada en 2005 y que a pesar de su modernidad seguía moviéndose en el mismo universo original.

Una última Gran Guerra del Tiempo.

Once doctores.

Docenas de compañeros. Cientos de episodios.

La bendición de la muerte fatal es un viaje a través de las mitologías, clásicas y modernas, que han inspirado una narrativa tan extensa, y por la mitología original a las que la propia serie y sus spin-offs Torchwood y The Sarah Jane Adventures han dado vida. Mitologías en las que un elemento permanece constante y significativo, como amenaza o como ayuda, nunca demasiado lejos.

La Muerte.

COMENTARIO DE "LA BENDICIÓN DE LA MUERTE FATAL".

A lo largo de esta obra se nos presenta la eterna lucha entre la Mortalidad y la Inmortalidad, lo Efímero y lo Eterno, la Luz y la Oscuridad, el Bien y el Mal en la serie "Doctor Who" y sus spin-offs; y, lo hace como en muchas antiguas religiones se hizo mediante su personificación en formas humanas y otras no tan humanas. En medio de ello nos muestran al héroe de toda la serie el Doctor, un ser con once personificaciones, cada personificación con sus seguidores, con su propia personalidad, con sus propios miedos y temores, pero todas ellas tomad su verdadera fuerza y naturaleza de la fuente inicial del Doctor: Gallifrey y su historia en ese mundo antes de ser conocido como El Doctor. 

Nos muestra esta obra algo que los que ya hayan leído novelas de "Doctor Who" o hayan seguido en algún momento la serie se habrán dado cuenta: los Señores del Tiempo, sean cuales fueren sus nombres, sean buenos o malos, tienen poder sobre la naturaleza, sobre el Espacio y el Tiempo, como si fuesen magos, son manipuladores de los dos (el tiempo y el espacio)  y su influencia transciende al resto del Universo o Universos com ose puede ver en la obra. En medio de todo como llave para mantener en equilibrio todo está el Doctor, que a la vez es un Señor del Tiempo, y por eso nos recuerda siempre la primera regla a la hora de tratar con él: El Doctor miente. No lo dice por que nos quiera o nos vaya a mentir sino por su relación con el Universo como Señor del Tiempo. En la obra los autores nos muestran que no siempre el Doctor triunfa y que algunas son victorias pírricas y que todo ello conduce a la entropía si el Doctor no tiene un adversario al que enfrentarse.

Después de leer esta obra vemos que en alguna parte, muy lejos de la Tierra que todos conocemos, la balanza se ha desequilibrado totalmente. Unas veces son los antiguos enemigos del Doctor y otras veces es el propio Doctor como Señor del Tiempo lo que nos muestra que hay un desequilibrio pues alguien se ha alzado con una victoria más allá del caos del Universo o de las Guerras, en casí todas su manifestaciones… o en casi todas. 

No sé si muchos entenderán estas palabras, tal vez, en alguna parte, todavía hay alguien que no haya oído hablar de El Doctor, un pequeño rescoldo que es capaz de hacer más real la serie; pero hay una llama que está obra encuentra y alimenta, que hace que algún día hasta los Señores del Tiempo, o al menos, Un Señor del Tiempo camine entre nosotros, para desafiar todas las leyes del Espacio y del Tiempo… La verdad, esta obra me ha dejado muy impresionado, eso sí, conseguirla a no ser que la vayas a comprar por Internet puede ser algo que alcance proporciones tan épicas como lo que nos explican sus autores en ella, pero vale la pena luchar por adquirirla y no es una perdida de tiempo y dinero. Eso sí, ocultadla como un tesoro ante aquellos que no han visto nunca la serie ni sus secuelas, pues aparecen muchos elementos que no se han emitido aunque se han dejado entrever.