Ni soy pequeño ni ya le temo al hombre del saco, y mucho menos, al coco. Bueno así es como mi madre intentaba que me fuera a la cama y me durmiera, pero los tiempos han cambiado y yo he crecido unos pocos años.
Ahora el hombre del saco se llama Facebook y el coco Twitter, o eso es lo que creo al leer ciertos artículos sobre literatura que aconsejan a los lectores que no visiten los perfiles de los autores que se anuncian en las redes sociales.
Las grandes editoriales parece que ven venir al hombre del saco, pues acostumbradas a que sus primeras espadas vivan distantes y a espaldas de una realidad social, elevados en el pedestal de la fama, sin acercamiento alguno con el lector, salvo en sus multitudinarias y mediáticas presentaciones, parece que se permiten el lujo de aconsejar que primero se lea la obra antes de acudir a visitar perfil alguno, y sobre todo, abstenerse de realizar preguntas.
Imagino que la crisis también tiene mucho que ver al contemplar que los ejemplares en papel, pese a mantener una hegemonía sobre el digital, pierden fuelle, o lo que es lo mismo, ventas y beneficios.
Imagino que la crisis también tiene mucho que ver al contemplar que los ejemplares en papel, pese a mantener una hegemonía sobre el digital, pierden fuelle, o lo que es lo mismo, ventas y beneficios.
Me llegan voces sobre el gran numero de descargas de esos autores desconocidos que se anuncian en las redes sociales. Naturalmente me abstengo de reproducir otro tipo de comentarios leídos acerca de la calidad literaria de esas obras, como si ellos las hubieran leído todas. Ahora resulta que esas editoriales y sus representantes se reconvierten en agencias de crítica literaria y como si en una clase de literatura estuviéramos, se atreven a aconsejar que si uno no es un estudioso literato, no se le ocurra plantarse en el perfil de nadie y lanzar cuestiones sobre su obra, vida, gustos y un largo etcétera.
Sin embargo, se convierten en caza talentos y más de una editorial, con el solo dato de las descargas, inicia un contrato con esos desconocidos, creyendo que cuando lo editen en papel el éxito es seguro, sin haber realizado estudio sociológico alguno ni elaborado perfil sobre el tipo de personas que se abalanzan sobre las tiendas virtuales que venden o regalan las obras en digital. No es que diga que les va a salir el tiro por la trasera, pues no soy vidente ni tampoco sociólogo, pero suficiente con ser un asiduo de la red para saber que todas esas descargas no van a corresponder a una adquisición de la obra publicada en papel. Lo único bueno es que varios colegas sumidos en la sombra van a ver la luz, por lo que me alegro infinitamente.
Pero que critiquen una cosa y pretendan hacer negocio realizando lo contrario, es lo que me parece poco ético. Si han decidido bajar a la tierra y revolcarse en el barro con nosotros, primero que conozcan la jungla en la que vivimos para poder criticarla, pues abusando de su poder, de sus medios, de sus contactos, no solo nos desprestigian con tales estrategias y discursos cargados de soberbia, si no que, sin quererlo o queriéndolo, es posible que inicien una guerra entre el mundo tradicional de la literatura y el nuevo mundo digital.
Es una guerra larga que se libra en cada batalla, y ellos, perderán la partida.
Por eso no es extraño que se vayan a la cama invocando a su mama. Mamá, tengo miedo. Qué viene el Faisbú!
Creo que la guerra entre lo digital y lo tradicional ya existe, incluso entre los lectores. Estamos los que amamos nuestro kindle y quienes desprecian cualquier soporte que no tenga "la magia" del papel.
ResponderEliminarYo no veo claro quién va a ganar pero sí que el último extremo de la cadena, los lectores, por primera vez, vamos a tener un papel en el devenir de los acontecimientos que nunca antes hemos tenido, un papel relevante y tal vez impropio: nuestras descargas, nuestros "megusta", nuestros comentarios pueden convertir un libro digital en una realidad física, esto ya está sucediendo. ¿Seremos nosotros los editores del futuro, quienes pasemos el famoso y polémico filtro que las editoriales usan para decidir qué sale al mercado y qué no?
Saludos
Magnífica entrada, Amando. Totalmente de acuerdo con ella. La política actual de las editoriales es la de "si no puedes vencerles, únete a ellos", y, por supuesto, la de sacar tajada de un fenómeno que se les escapa de las manos. Es casi lógico y consecuente con los cambios que ha supuesto la red. La industria de la música también ha tenido que reinventarse, ¿por qué no iba a suceder lo mismo con la del libro?. Al fin y al cabo, la industria editorial es un negocio, y si revolcándose en el barro suben las ventas, ¿por qué no se van a tirar ellos?.
ResponderEliminarGusa Piar, la guerra no es entre soportes, no te equivoques. Cientos, miles de lestores comprarán el libro en papel si les ha gustado en digital después de comprarlo a un precio asequible. No es esa la guerra, sino la do conseguir lectores de la forma más sencilla posible. Los que leemos en la red, buscamos, los que sólo compran las novedades en las grandes superficies ni se plantean elegir, compran lo que fagocitan las grandes editoriales. La cuestión para ellas es conseguir a esos lectores exigentes que no se plegan con facilidad a sus dictados. Yo tengo un kindle y tres mil libros, y seguiré comprando libros al tiempo que leo en digital, porque lo que no puedo dejar de hacer, es simplemente eso, leer.
Un abrazo a los dos, y enhorabuena por la entrada.
Bueno las editoriales son empresa y así funcionan. Primero desprestigian y si ven que aún así hay negocio luego se lanzan en picado cual tiburones hambrientos, en este caso de dinero, bueno ya pasó con "El bolígrafo de gel verde" y les salió bien. Creo que ahora los lectores hemos tomado un papel muy trascendente en el mundo literario, un papel para el que no seremos filologos, ni expertos en literatura; pero sí los que, al fin y al cabo, les damos de comer. Y ahora esos lectores tienen la oportunidad de interactuar con los escritores, algo que, creo los lectores veníamos deseando. Pues sí señores, ahora frenar eso va a ser un poco difícil y sí no que se lo digan a los autores ya con un bagaje importante a sus espaldas que abandonen las redes sociales je,je,je, o que se lo digan a sus fans "enfervoresios". Pues, eso, que venga el hombre del saco, que le estaremos esperando.
ResponderEliminarSaludos
Creo que no me he explicado bien, cuando hablo de la guerra entre el libro digital y el de papel en el terreno de los lectores me refiero a los muchos comentarios que frecuentemente se leen en foros y grupos de FB donde el fervor por lo uno lo otro a veces alcanza cotas de talibanismo: que si un libro digital no es un libro de verdad, que si el papel está muerto, etc.
ResponderEliminarYo personalmente no veo esta cuestión como "batallable", lo importante es el contenido y lo demás es un vehículo para hecernos con él. Yo también tengo un kindle, y sinceramente no sé cuantos libros tengo entre los comprados y los descargados. Ni quiero contarlos, seguro que me asusto, XD. Lo que sí es cierto es que desde que lo tengo, mis compras se diversifican entre los dos soportes y progresivamente, el papel pierde terreno.
Saludos, yo pienso que ya se está viendo un cambio en las editoriales por el miedo al "hombre del saco" o al "coco", por un lado tenemos a Random House Mondadori que tiene una página megustaescribir para que los escritores suban sus propuestas y sean leídas por los usuarios, las más valoradas las consideran para publicación, es decir, que como dice GusapirA el primer filtro deja de ser sus estrictas políticas y pasa a ser los verdaderos lectores. Pienso que será una empresa que tardará mucho en cambiar pero ya se estan viendo algunos signos. O el caso de Ediciones B que está en la caza de los éxitos de Amazon para publicar en ebook, sabiendo que en lo digital los lectores están confiando.
ResponderEliminarPor otro lado vemos a grandes autores (caso de JK Rowling) que crean plataformas para conectarse con los lectores y mantener el contacto directo con ellos, y no perderlos, a pesar de que esa mujer es un monstruo vendiendo libros. Creo que esa es una buena muestra de que los lectores estamos siendo más importantes para las editoriales y hacen hasta lo imposible por mantenerlos.
Esas que piden que se alejen de las redes sociales serán aquellas que no quieren abandonar viejas políticas y reniegan de cualquier cambio, pero esas tarde o temprano, al igual que las demás, terminaran cayendo en este "fenómeno", si no quieren morir.
Bueno, esta es mi humilde opinión... buen artículo Amando, nos seguiremos leyendo.
En este tema hay tantas opiniones como implicados. La mía es que prefiero que mis novelas se lean, se vendan y se promocionen en papel. El hecho de venderlas por ahora en Amazon.es se debe a que es una plataforma que te admite. He creado mi propio nombre editorial para vender mi libro y mi e-book y ahora viene la distribución: ahí es donde la matan. Intentaré que salga viva para llegar a los editores, a mi editora favorita, a través de los lectores pero mi opinión es clara: por ahora, lo digital es accesorio, muchísimos de nosotros seguimos queriendo oler lo que leemos, tocarlo y hasta anotar en ello, y por eso preferimos el papel, la editorial tradicional.
ResponderEliminarPero también respeto enormemente al que, por motivos mil, prefiere leer en lectores digitales y estoy a favor de facilitarle ese acceso, sin más que decir al respecto.
Además, utilizaré todos los medios lícitos que tenga a mi alcance para conseguirlo y si eso pasa por publicar en Amazon pues bienvenido sea.