martes, 15 de noviembre de 2011

Sayonara, Mio, de Takuji Ichikawa


Traducción: Jordi Fibla

Colección: Literaturas

Páginas: 256

Publicación: 22/06/2011

Género: Novela

ISBN: 9788420407234

EAN: 9788420407234


SINOPSIS:

Desde el Japón, una conmovedora historia de amor que conquistó a dos millones y medio de lectores.

«Cogidos de la mano, caminando al mismo paso, avanzaron lentamente. Parecía como si pudieran ser las dos primeras o las dos últimas personas del mundo.»

Un año después de la muerte de Mio, su esposo, Takkun, y Yuji, su hijo de seis años, llevan una vida triste. Takkun es incapaz de realizar las mínimas tareas necesarias para cuidar de la casa, de Yuji y de sí mismo. Todo cuanto hace es escribir una novela sobre su mujer.

El primer día de la estación de las lluvias, Takkun y Yuji están dando un paseo por un bosque, cerca de una vieja fábrica de sake, cuando encuentran a Mio —sea como fuere, es igual que ella. Pero Mio no tiene recuerdo alguno de la vida o de la muerte. Ha regresado para estar con ellos, tal y como prometió. Deben vivir aún muchos días juntos, y debe explicarles muchas cosas, antes de volver a despedirse.

Con esta novela conmovedora, donde no faltan el humor y la reflexión, Ichikawa cautivó a dos millones y medio de lectores, ocupando un lugar insoslayable en la actual literatura japonesa.

OPINIÓN de Carolina Márquez Rojas

Una de las conclusiones -generales- a las que he llegado después de leer este relato, es que la literatura japonesa actual está llegando a unas cotas inimaginables de calidad y originalidad. Siempre me he sentido atraída por la cultura oriental, por sus autores y todo lo que escriben. Los clasicos japoneses deberían ser imprescindibles en el estudio de la literatura y son sin embargo ignorados muchísimas veces, por no decir siempre. Creo que eso se debe a que los estudiosos sobre el tema los consideran muy distintos a nosotros por su particular punto de vista sobre las cosas, la idiosincrasia de los pueblos asiáticos, tan alejada de la occidental... pero ellos hablan sobre las mismas cosas que nosotros, exactamente las mismas. Lo que los diferencia y los hace únicos es la poesía que impregna toda su narrativa. y que solo muy pocos autores entre los occidentales, saben añadir al escribir sus novelas.

Clásicos como el Heike Monogatari (poema épico clásico), contemporáneos como Shusaku Endo, Natsume Sôseki, Yasunari Kawabata, Jun'ichi Watanabe, Kyoichi Katayama, Eiji Yoshikawa, Haruki Murakami, Takuji Ichikawa, y muchísimos otros... deberían ser leídos, promocionados y tenidos en cuenta en la historia general de la literatura por su aportación poética a todos los géneros literarios.

Y una vez reivindicada la literatura japonesa y apoyar a sus autores, os ofrezco mi opinión sobre la novela que nos ocupa ahora.

Sayonara, Mio, es una novela de amor. No es un relato romántico en el sentido estricto de lo que el género romántico exige, sino que es un relato sobre sentimientos y además con unos toques fantásticos que hacen pensar durante toda la narración.

Mío murió hace un año y dejó sumidos en una profunda tristeza a Takkun y a Yuji, su esposo e hijo. Los hombres, desolados, no logran enderezar sus vidas y todo a su alrededor es un completo desastre. Takkun no puede superar la pérdida de su esposa y amiga desde que ámbos eran jóvenes y empezaban a descubrir los caminos de la vida. Yuji no puede superar el trauma que le supone intuir que él fue el causante indirecto de la muerte de su madre.

Antes de morir, Mio les prometió a ambos que regresaría en la estación de las lluvias, quizás porque de algún modo sabía que debería volver para arreglar las cosas que quedaron pendientes y enderezar las vidas que debían continuar sin ella.

Mio vuelve... pero es un fantasma. Takkun y Yuji la encuentran desorientada y sin memoria en una vieja fábrica de sake abandonada. Takunn sabe que no es real, que Mio está muerta, sin embargo puede tocarla, acariciarla... ¿cómo es eso posible?

Mio está confundida y no recuerda nada de su pasado. No reconoce a su familia pero siente atracción hacia ellos, algo que la confunde y desorienta aun más. Takkun busca entre los recuerdos comunes, le cuenta su historia como madre, esposa, sus deseos y aspiraciones, cómo se conocieron y amaron. Incluso busca la complicidad del maestro "Nombre", un vagabundo que la conoció y que, por supuesto también la reconoce como un ser de carne y hueso.

Mio vuelve a aprender a amar. Como una mujer sin experiencia y sin recuerdos, desarrolla y amplía sus horizontes. Y junto con ese desarrollo personal, consigue que su esposo y su hijo puedan llegar a valerse por sí mismos y superar su tristeza y desolación. Su retorno a la vida tiene un plazo y deberá marcharse de nuevo, esta vez para siempre, pero dejará en los corazones de aquellos que ama algo mucho más que su solo recuerdo: el amor de la familia y la esperanza de reencontrarse de nuevo en otro lugar.

Es una historia muy hermosa, poética y original. El amor está presente en todas las páginas, absolutamente en todas, en cada una de las frases pronunciadas y en los pensamientos escritos con sabiduría.

Una pregunta sobrevolaba mi cabeza durante toda la lectura: ¿es Mio un fantasma o es tremendamente real como así parece?. La respuesta, en las últimas páginas, evidentemente: una solución y explicación fantástica pero lógica, que me sorprendió por inesperada.

Recomiendo muchísimo la lectura de esta novela. Sentimientos y amor, mucho amor y un antídoto contra la tristeza. Porque a pesar de que lloras la muerte de Mio, sabes que volverá siempre.

Solo hay que esperar a que llegue de nuevo la estación de las lluvias... adios, sayonara, Mio...

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