jueves, 15 de septiembre de 2011

Otelo, el moro de Venecia, de William Shakespeare





Otelo, el Moro de Venecia
Autor::  William Shakeaspeare
  
Reseña  escrita por Fernando Pineda
  
Estrenada el primer dìa  de noviembre de 1604 en el palacio londinense de Whitehall “Otelo: el Moro de Venecia” fue creada por William Shakespeare, un dramaturgo de talento indiscutido y fama mundial. El genial escritor inglés creó este material por el año 1603, después de haber creado el contenido de “Hamlet” pero antes de concebir a “Macbeth” y “Rey Lear”.En “Otelo el Moro de Venecia”, obra compuesta por cinco actos divididos en varias escenas, Shakespeare, sirviéndose de la historia del protagonista, despliega un tratado sobre los prejuicios que existen contra aquello que escapa a lo común y se presenta, de alguna u otra forma, como diferente.
La trama gira en torno a Otelo, un príncipe negro reverenciado y apreciado por la sociedad de Venecia no solo por sus méritos militares, también hay lugar en el derrotero de la obra para las conquistas sentimentales. Inducido por el odio y los celos, Yago empieza a divulgar una serie de calumnias concentradas en el matrimonio interracial del protagonista y con el paso del tiempo (poco tiempo después), consigue su devastador objetivo: persuadir a Otelo de la pretendida infidelidad consumada por su esposa, hacerlo perder el juicio y quitarle de toda seguridad y confianza en sí mismo.
Por haber trascendido como trascendió esta obra a lo largo del tiempo, no es extraño que muchos estén al tanto de la historia sin haber leído jamás el libro. “Otelo” prorrumpió como obra de teatro y no sólo fue representada en numerosas oportunidades, también fue adaptada varias veces a la pantalla grande y hasta sirviò de inspiración para la creación de numerosas versiones musicales. La principal fuente narrativa de Otelo fue la novela Un capitano moro, de Giraldi Cinthio, publicada en 1565.Para defender a Chipre, una de sus posesiones, los venecianos encomiendan el mando de su armada al moro Otelo, un extranjero.
Éste ha contraìdo nupcias en secreto con Desdémona, la hija del dux de Venecia, y ello (solo ello) desatará la tragedia. Yago, alférez de Otelo, receloso porque éste nombra lugarteniente a Casio y no a él, empieza a destilar la emboscada de la traición y enloquece al moro, convirtiéndolo en víctima de los celos. .Aquí están los personajes y sus palabras desplegados en el contraste de sus martirios. No son solo reflejos de sí mismos, sino de la humanidad toda.La perfección de su expresión no se desvanece al apagarse las luces pues, "como el cisne, al morir, se desvanece en música".Otelo es una aterradora y patética figura, cara y cruz de la vida. Al lado de Otelo encontramos a Yago, personificando como nadie al mal, otra forma de sombra, noche del alma, oscuridad, mentira... Yago no es para Otelo mas que la venda que ciega los ojos del enamorado y le arrastra a la desesperación y al crimen... Otelo, general moro al servicio de la republica de Venecia, a traves de los relatos de su vida y hazañas deslumbra a la bella y casta Desdemona, hija del senador Brabancio, a la cual secuestra y la convierte en su esposa. Por exigencias del servicio del estado, Otelo y su mujer, separadamente, escapan de Venecia para reunirse en Chipre.
El malvado y envidioso Yago, alférez del Moro, a quien detesta no solo por estar convencido que galanteó anteriormente a su mujer, Emilia, sino ademàs por encontrarse despreciado por el nombramiento de teniente recaído en el honrado Casio, se plantea apesadumbrar la existencia al ingenio Otelo haciendo germinar y alentando en su alma el suplicio de los celos, sin preocuparse por las victimas inocentes que puedan sobrellevar las consecuencias de su execrable intriga.Con perversa socarronería Yago, primero, consigue emborrachar a Casio, que nunca bebía, llevando a promover un escándalo preparado con maliciosa anticipaciòn, lo que da por resultado que Otelo le prive de su cargo a aquel. Inmediatamente solivianta al inocente depuesto a que busque la protección de Desdèmona, a quien su esposo no negaba nada, para conseguir del Moro el perdón; y al mismo tiempo, por si y por mediación de Emilia, su mujer, dama de Desdèmona, persuaden a esta para que intervenga con su marido para que levante el escarmiento al culpable.
Mediante monstruosas y hábiles sugerencias, hace acrecentar Yago en el pecho del enamorado y candoroso Otelo la desconfianza de unos amores entre su honrada esposa y Casio, utilizando de tesimonio concluyente de la fingida pasión criminal un pañuelo que el moro habìa obsequiado a Desdèmona y que Yago consiguió que fuera visto por el celoso Otelo en el poder de Casio, el cual desconocía hasta a quien pertenecía la prenda. Con tan inconsistentes argumentos se construye el soporte de unos celos irrefrenables que desembocan en firmar la sentencia de muerte para Casio, cuya ejecución se confía a Yago, y el estrangulamiento de la inocente Desdemona a manos de su propio marido.El ruin iniciador de la tragedia acaba enmarañado en los entretejidos de la misma; ante el lecho de Desdemona se ve acusado y desenmascarada toda la intriga por su propia mujer, Emilia, y por Casio, que escapo con vida del atentado. Al enterarse de la verdad, Otelo se suicida ante la presencia de todos, después de haber visto a Yago ser entregado a las òrdenes del nuevo regente, para ue èste impartiera el mayor castigo; el nuevo gobernador no era otro que Casio, dispuesto a hacerle sufrir a Yago los mayores tormentos.

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