viernes, 2 de septiembre de 2011

Adiós a las armas, de Ernest Hemingway


Adiós a lar armas
de Ernest Hemingway

Reseña escrita por Fernando Pineda


Catalogada por muchos críticos una de las novelas más representativas del siglo veinte, Adiós a las armas marca la cúspide de la obra literaria de quien posiblemente fuera el más trascendental escritor norteamericano: el ganador del Premio Pulitzer de 1953 y el Premio Nobel al año siguiente, Ernest Hemingway. Célebre tanto por su obra como por su desordenada vida privada, a la cual no le faltaron colosales pasiones, ideales políticos y el suicidio final, Hemingway volcó en este libro toda su filosofía de vida, todo su padecimiento y su desencanto, el torrente pasional que lo caracterizaba y sus pensamientos sobre la guerra. Henry, el protagonista de la novela, juega su rolen Italia durante la Primera Guerra Mundial, en la cual Hemingway resultó protagonista y pudo demostrar su coraje. Henry es espectador del dolor y de la muerte, y las observa, imperturbable.
Adiós a las armas es ante todo una gran novela de guerra pero no solo eso, también es una gran novela de amor; es tambièn una novela imposible de obviar para quienes pretendan  conocer la obra de este gran escritor norteamericano. Más llana y sencilla de leer que El viejo y el mar, pero también profunda y significativa, Adiós a las armas es un testimonio desgarrador del sinsentido de la existencia, de la desazón que marcó los inicios de la post- modernidad y de la flaqueza del ser humano, sujeto a los circunstancias del destino. Es una novela sobre guerra y describe la declinación de la condición humana en una situación bélica; se trata de un cúmulo de derrotas dentro de la terrible y continua secuela: la lluvia, el cólera, los soldados que se amputan a si mismos partes de su cuerpo para no ir a pelear, el ocaso progresivo de Rinaldi, uno de los principales personajes, que aparece al principio, diligente y lleno de vida. Hemingway presenta, además como una paradoja esperanzadora, el amor del teniente Henry y de Catalina.
Amor y desesperanza se unen constante y vivamente hasta el final: Catalina pierde la vida al dar a luz el hijo de ambos nacido fuera del matrimonio. Y aun cada cambio en la forma, cada avance en al destrucción reviste a la novela de una mayor vitalidad. Después de la derrota de Caporetto, Henry, totalmente desilusionado resuelve seguir sus propios objetivos. Deja a un lado a sus amigos, su responsabilidad como oficial y la total oscuridad de la vida social organizada, encarnada ahora por el ejército y la guerra. El adiós a las armas se lleva a efecto sin previa solicitud ni permiso. El teniente Henry deserta, y su deserción representará algo profético en relación con los futuros movimientos del autor. En efecto, esa época coincidirá con la retirada o el retiro de Hemingway, que durara hasta 1935.Podrá cuestionarse si Adiós a las armas es la mejor novela de Hemingway, pese a El viejo y el mar, pero desde luego, no existe la menor duda de que vigorizó la fama de un embrionario escritor que hasta entonces había alcanzado cierta popularidad por su juventud displicente y parisina.
 El desenlace trágico también les une, aunque de distinto modo: frente al desenlace de Adiós a las armas, Hemingway fue despechado y finalmente repudió a su enfermera. Hay otro acontecimiento que los separa ligeramente: durante la contienda que les hirió Hemingway transportó a hombros a uno de sus compañeros heridos, mientras que en el caso de Frederick él es el transportado. Este detalle aparentemente insignificante sirve para reforzar la idea de la desconfianza del protagonista en el reconocimiento en hazañas bélicas a través de la condecoración. Baste recordar la frivolidad de Rinaldi, que manifiesta que para conseguir una Medalla de Plata al Valor no es necesario hacer grandes heroicidades. .Hemingway basa este grito antibelicista en el desarrollo paralelo de la oposición entre el amor y la guerra.. La historia se origina en la Italia de la Primera Guerra Mundial. Frederick es un héroe con un resaltado sentido de la justicia y valores sólidos, identificables con los del característico héroe norteamericano, y obviamente con el mismismo Hemingway. Sus motivaciones para participar en la guerra en un ejército, el italiano, parecen responder ala necesidad de colaborar a la creación de un mundo mejor.
La finalidad primera de Frederick no es enamorarse sino jugar con Catherine un tiempo, hasta acabara cansándose de ella. Al reencontrarse con Catherine en el hospital se origina un auténtico flechazo.Es quizá el amor lo que salva a Frederick. Es una idea del amor con un fuerte elemento platónico al tiempo que cristiano e inclusive místico. Tan fuerte es ese amor que Frederick acaba aborreciendo al fruto de su unión, a su hijo, por poner en peligro la vida de Catherine. Los protagonistas del libro, no sólo Frederick, sirven a Hemingway para exponer su propia teoría sobre las guerras. El único bálsamo que encuentra Frederick es Catherine, pero deben guardaren secreto su relación para evitar que el mundo les hiciera daño. En conformidad con el valor testimonial de la obra de Hemingway, Adiós a las armas es uno de los retratos más certerosy descarnadas de la Primera Guerra Mundial, incluyendo por supuesto la narración de cualquier conflicto bélico.


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