En ocasiones, me preguntan: ¿Cómo es posible que construyas esos personajes? Seguro que en el fondo eres tú o una parte de ti, porque si no, no lo entiendo, dicen. Yo sonrío y les contesto que son fruto de mi imaginación. Aún así insisten No puede ser, no es posible que puedas inventar a un tío como ese… Me quedo como un estúpido mirando a quien me lo pregunta, sobre todo si se refiere a algún personaje mío de tipo misántropo o esquizofrénico ¿qué piensan verdaderamente de mí, que soy ese personaje, que dentro de mí se esconde algo parecido a eso?
Bien… cuando construimos un personaje, tenemos en cuenta todas sus circunstancias; su aspecto físico, (dando cabida a sus defectos, problemas en el habla, tics, etc.), su aspecto sociológico (ambiente, estudios, familia, lugares, recuerdos) y su aspecto psíquico (su carácter, estados de ánimos, etc.) Tenemos la capacidad de enfundarnos en la piel de mil y una personas (personajes) ajenas a nosotros, podemos llegar a ser misóginos, misántropos, filántropos, esquizofrénicos, bipolares, (la lista es interminable); podemos ser héroes, cobardes, altos, bajos, irresistibles, sinvergüenzas… (En suma, perfectos actores de nuestros personajes, ¿o no?)
No sé quién habrá leído Viajes por el scriptorium, de Paul Auster… la novela en sí no me fascinó, pero me ayudó a reflexionar (no me ha quedado claro todavía, quien era el personaje y quien el escritor…, como en uno de mis relatos), por cierto, os dejo un link al final de mi exposición, el relato se titula Hombres de Papel, quien desee leerlo ya me contará.
Cuando actuamos en nuestra cotidianidad, ¿fingimos? ¿Nos revestimos de alguno de nuestros personajes? O ¿somos nosotros mismos? Y si somos nosotros mismos ¿Cuántos somos? ¿Esa capacidad de construir personajes, salé de nuestra imaginación, de nuestro subconsciente, de nuestro interior…?
Si observamos los aportes de alguno de nosotros en los distintos debates de esta comunidad, podría aventurarme a dar un par de nombres que me parecen que actúan bajo la apariencia de alguno de sus personajes (es una impresión particular. No me pidáis nombres, me los reservo)
No os planteo una única cuestión, os planteo mil cuestiones entrelazadas.
¿Cómo es posible que hablemos de sentimientos que nunca hemos sentido?
¿Cómo es posible que seamos el más vil de los misántropos, no siéndolo?
¿Cómo es posible que seamos el más magnánimo de los filántropos, si somos agarrados?
¿Cómo es posible manifestar los sentimientos de un esquizofrénico, de héroes, cobardes…? Si somos nosotros y no ellos.
¿Cómo podemos ser; mujer, hombre, homosexual, lesbiana… cómo?
De acuerdo, no quiero extenderme, deseo dejar margen para vuestras reflexiones.
Bueno, en mi caso creo que los personajes se caracterizan mejor si te inspiras en otras personas (conocidas o no). Y que supone un gran trabajo conseguir dibujar todas las facetas de ese ser ficticio.
ResponderEliminar¿Grandes maldades y grandes bondades? Al crear al personaje uno ha de tener claro si "es tan bueno que es tonto", "daría su vida por...", "vendería a su madre", etc... y dejar volar la imaginación por ese camino que se ha trazado. Además de que, probablemente, siempre tendremos una criatura literaria con la que compararlo y usarla de referencia.
Aunque, evidentemente, hay partes oscuras de algunos personajes que se alimentan de ese Hyde que nos obligamos a no dejar suelto...
Querido Amando. Para mi, los personajes se van "haciendo" con la obra literaria. Ya soy de los que que creen que es la novela la que te lleva a ti y no al revés. Es cierto que todos tenemos nuestras ideas esquematizadas de los mismos en nuestra imaginación, pero al avanzar tu subconsciente con tus personajes, te puedes encontrar con sentimientos totalmente diferentes o más complejos que los que pensabas el principio. Por lo meno es lo que me pasa a mi...pero yo es que estoy mal fabricado..jajajaja. Un abrazo.
ResponderEliminarPasa una cosa muy curiosa: a una amiga mía que escribe relatos eróticos se la llena la bandeja de entrada con correos de "admiradores" que la toman por una guarri calentorra. A mí nadie me pregunta si realmente voy por ahí matando gente o si soy un espectro, aunque sí alguna que otra vez si estoy bien de la cabeza, XD. Esta clase de identficaciones autor/personaje las hace EL LECTOR, con una ligereza pasmosa y completamente fuera del control del autor. Y a mí personalmente me hacen retorcerme de la risa, porque creo que demuestran lo perjudicadas que están las cabezas, y no precisamente la mía, aunque por supuesto, también, también.
ResponderEliminarO más bien, limitadas, diría yo. Porque hay más de una manera de construir un psicópata, y no todas pasan por tener un psicopatilla de pacotilla dentro. Ignoro si tengo un psicópata dentro pero si lo tengo es un piscópata muy lamentable y defectuoso, ya que a día de hoy aún no ha matado a nadie, el muy pringado.
Aunque si lo tuviera, aun chusquero y de pacotilla, pues albricias, mira tú que bien. Como dice la chavala esta de los reportajes "no es lo mismo contarlo que vivirlo" XD
Creo que hay más de una manera de construir un personaje y a la larga, todos lo que lleven mi firma, se llevarán algo mío puesto y tal vez no del todo concientemente. Tal vez yo también me quede con algo suyo como recuerdo y tal vez, porqué no, pueda ponerse su traje y sus zapatos en un determinado momento. A lo mejor tampoco de forma consciente.
En fin, por si acaso, nota mental: "alejar del radio de acción de Gusa armas de fuego y objetos cortantes" XD
Saludos