Título original: Covet
Autor: J.R.Ward
Editorial Suma de letras
978-84-8365-211-4ISBN
Reseña de Belén Márquez
SINOPSIS
Jim Heron, antihéroe por excelencia, tiene un pasado tortuoso y no siempre ha acertado con las decisiones que ha tomado. Su vida ha estado envuelta en diferentes gamas grisáceas, su alma nunca ha sido o blanca o negra. Pero tras un accidente se encuentra ante las puertas de otra vida, tendrá que caminar entre dos mundos, y para bien o para mal sus acciones determinarán el destino de la humanidad. Siete almas están a punto de cometer siete pecados capitales y Jim es el reciente y atípico ángel caído encargado de impedirlo.
Vin DiPietro, su antiguo jefe, es la primera alma, el primer pecado: la codicia.
J.R.Ward nos ofrece una novela que hará tambalear nuestro antiguo y obsoleto sistema de creencias. Sus ángeles caídos son personajes rudos, malhablados, lejos de aureolas, aunque también son poseedores de una naturaleza misteriosa y atrayente. No sabemos cuáles son las normas que rigen su mundo, dividido por la eterna confrontación del Bien y del Mal y cuyo campo de batalla está en el día a día de las criaturas que pueblan la Tierra: los humanos.
OPINION DE BELÉN MÁRQUEZ
Nos encontramos ante una nueva serie de la exitosa J.R.Ward, archiconocida dentro de la lietratura romántica-paranormal gracias a su serie vampírica La Hermandad de la Daga Negra. Cualquiera puede suponer que lo que vamos a encontrar es más de lo mismo pero esta vez, en lugar de hallarnos en la piel de unos formidables vampiros, lo haremos en la de unos imponentes y seductores ángeles caídos.
Nada más allá de la realidad.
Podemos decir que J.R.Ward ha cambiado completamente de registro, y esto es de agradecer, sobretodo en autoras del calibre de la Ward que tienden a acomodarse en el éxito de sus creaciones y alargar en demasía historias que nunca parecen tener fin; algo que es admirable cuando se llega a alcanzar sagas de más de diez volúmenes como es en el caso de Sherrilyn Kenyon (con sus Cazadores Oscuros), Christine Feehan (con su serie Oscura) o ella misma (con su Hermandad de la Daga Negra), pero que a pesar de seguir teniendo a sus fieles seguidores, tienden a hacerse cansinas y monótonas, demandando a voces ese «cambio».
Y J.R.Ward nos lo sirve en bandeja de plata con su nueva serie Ángeles Caídos en la que, no sólo vamos a encontrarnos con unos «ángeles» poco —o nada— convencionales, sino también ese cambio de registro que hace que nos olvidemos por completo de la Hermandad de la Daga Negra y nos introduzcamos de lleno en esta nueva historia plagada de personajes y tramas mucho más realistas de las que hemos hallado hasta ahora.
Ward nos plantea una historia paranormal: un trabajador de la construcción que tiene un accidente y «muere». Pero ante su sorpresa —y la nuestra— se despierta en un mundo idílico rodeado de unos extraños y extravagantes personajes que le plantean una especie de «juego» en el que él es la pieza principal: un juego entre el bien y el mal cuyo premio será el destino de la humanidad. Hasta aquí la parte paranormal. Luego nos plantea una serie de historias que se van desarrollando de manera paralela pero que, al final, confluyen para elaborar la trama principal y desembocar en el desenlace —de nuevo paranormal— de esta historia.
La historia es original y a la vez realista. Los personajes son muy humanos (incluyendo a los ángeles caídos) y el argumento que se nos plantea lo podemos ver en nuestro día a día, por lo tanto, es más que creíble; y si además, una pequeña parte de nosotros cree que podemos estar rodeados de ángeles y demonios que influyen en nuestras decisiones diarias, J:R.Ward habrá acertado de lleno, mostrándonos un mundo que puede ser tan real como el que ahora estamos viviendo.
Os animo a leer esta historia porque, aparte de la riqueza narrativa de la autora, aprenderemos mucho de su contenido. Recordemos que a lo largo de la saga se nos plantearán situaciones en las que cada uno de los pecados capitales será el protagonista. En este caso ha sido la codicia, y con ello hemos aprendido a ver el mundo de manera diferente y a plantearnos situaciones en las que dudaremos si nuestra elección es la correcta o no; las mismas dudas que hasta un ángel caído podría tener.
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