Cyrano de Bergerac
Autor: Eugéne Rostand
Reseña escrita por Fernando Pineda
Edmond Eugène Alexis Rostand, autor entre otras obras de Cyrano de Bergerac, nació en Marsella, Francia, el 1º de abril de 1868; fue un dramaturgo francés particularmente recordado por su obra teatral sobre la figura del gran Cyrano, la cual subió por primera vez a escena en París en 1897 en el Teatro de la Renaissance. Desde el momento de su estreno, la pieza tuvo gran repercusión, siendo considerada unánimemente como un clásico del teatro francés hasta el día de hoy, encuadrándose en el neoromanticismo, convirtiéndose en una alternativa al teatro realista popular que dominaba la última parte del siglo XIX.
Descendiente de una familia adinerada, cursó estudios de derecho en París, aunque nunca llegò a ejercer su profesión. En 1888 plasmó su primera obra de teatro: Le gant rouge, después de la cual, editó el volumen de poesía Les musardises, de 1890. Ese mismo año contrajo nupcias con la poetisa Rosemonde Gérard, con quien tuvo dos hijos, Maurice Rostand, en 1891, y Jean Rostand, en 1894.En 1894 su comedia teatral Les romanesques tuvo gran recepción por parte del público y de la crítica, pero tres años mas tarde, su obra más trascendental, Cyrano de Bergerac, lo llenó de elogios y honores, a pesar de los recelos del autor, que llegó a congregar al elenco sólo unos minutos antes del estreno para excusarse por haberlos llevado a participar de una obra tan arriesgada. Al llegar el entreacto la sala se conmovió con el público aprobando la obra de pie, y a puro aplauso; Rostand fue saludado por un ministro del gobierno que, felicitándolo, le entregó su propia medalla de la Legión de honor; con ese gesto, sólo se adelantó en algo a lo que ocurriría inevitablemente, con la repercusión sublime de un publico enfervorizado.
La obra terminó con los espectadores aplaudiendo continuamente por espacio de veinte minutos. Cyrano de Bergerac, el protagonista de la obra, es un aguerrido soldado, retórico poeta, orgulloso al màximo, tan proclive a las fanfarronadas y desplantes como a las causas nobles, y un oculto romántico, todo ello encuadrado por una enorme y caricaturesca nariz, rasgo físico excesivamente grotesco que lo mantuvo alejado de las mujeres, en particular de su prima Roxana, a quien amó desde siempre, desde su mas temprana niñez. En determinado momento, Roxana, desconociendo el amor que Cyrano sentía por ella, le reveló estar enamorada del joven Cristián, un nuevo enrolado del cuerpo de los Cadetes de la Gascuña, al cual su primo pertenecía y tenia fuerte estirpe. Roxane le rogó que lo pusiera bajo su ala protectora Cyrano, entonces, propuso a Cristián, tan apuesto como rústico para la elocuencia, garrapatear sus cartas de amor dirigidas a Roxana, de manera de al menos que su amada supiera de sus sentimientos. Roxana, sucumbió vencida ante las palabras de Cristián, confesándole que si bien su amor comenzó por el atractivo físico, pronto estuvo hechizada de su alma.
Cristián, angustiadísimo y Cyrano exuberante, aunque aún lejos de atreverse a revelar la verdad, ambos marcharon al frente, donde Cristián antes de morir le rogó a Cyrano que explicase la verdad a Roxana, algo que no ocurrió hasta que resultó demasiado tarde, y de manera accidental, pues Cyrano prefirió que su prima conservase la imagen de ese amor idílico eternamente. Aunque la creencia popular intuyó que Cyrano de Bergerac se trató sólo de un personaje ficticio de Rostand, éste realmente existió, y el autor se sustentó en un período muy particular de su vida para escribir la obra.Su nombre completo fue Cyrano de Bergerac Hercule-Savinien de Cyrano de Bergerac, nació el 6 de marzo de 1619 en París. Coetáneo de Boileau y de Molière, escritor y poeta rubricaba sus escritos con seudónimos. En 1638 tomó el nombre de Bergerac, el cual le concernía a las tierras que compró su abuelo (Savinien I de Cyrano), lo cual consintió a la familia alistarse en el círculo de la pequeña nobleza. Su infancia se cumplió en Saint-Forget (actualmente Yvelines). Marchó a París, donde optó incursionar en la vida militar, adquiriendo notoriedad y fama por su valor protagonizando con singular audacia sus numerosos duelos.
Alejado de la vida militar tras recibir una herida en la garganta durante el sitio de Arras, contra las tropas españolas, se dedicó a estudiar filosofía, Rostand está considerado como uno de los más preclaros escritores del seiscientos francés, con una significativa ductilidad; no le costaba esfuerzo transitar por la novela, dramaturgia y sátira, con la misma idoneidad. Figura discutida, se lo criticó y se lo reprobó en infinidad de oportunidades, considerándoselo “un mártir libre-pensador”, como lo imaginaba Paul Lacroix o un “científico incomprendido” como solía calificarlo Pierre Jupont); también Lecheve dijo de él que era un “libertino sin arte ni parte” (Lechevre); un “racionalista militante” dijo de él Weber, y como un “pretendido alquimista” lo catalogó Eugène Canseliet. Edmond Eugène Alexis Rostand, murió el 28 de julio de 1655, en Sannois, a los treinta y seis años de edad, como consecuencia de las importantes heridas recibidas al caerle una gran viga sobre su maltrecho cuerpo.
Autor: Eugéne Rostand
Reseña escrita por Fernando Pineda
Descendiente de una familia adinerada, cursó estudios de derecho en París, aunque nunca llegò a ejercer su profesión. En 1888 plasmó su primera obra de teatro: Le gant rouge, después de la cual, editó el volumen de poesía Les musardises, de 1890. Ese mismo año contrajo nupcias con la poetisa Rosemonde Gérard, con quien tuvo dos hijos, Maurice Rostand, en 1891, y Jean Rostand, en 1894.En 1894 su comedia teatral Les romanesques tuvo gran recepción por parte del público y de la crítica, pero tres años mas tarde, su obra más trascendental, Cyrano de Bergerac, lo llenó de elogios y honores, a pesar de los recelos del autor, que llegó a congregar al elenco sólo unos minutos antes del estreno para excusarse por haberlos llevado a participar de una obra tan arriesgada. Al llegar el entreacto la sala se conmovió con el público aprobando la obra de pie, y a puro aplauso; Rostand fue saludado por un ministro del gobierno que, felicitándolo, le entregó su propia medalla de la Legión de honor; con ese gesto, sólo se adelantó en algo a lo que ocurriría inevitablemente, con la repercusión sublime de un publico enfervorizado.
La obra terminó con los espectadores aplaudiendo continuamente por espacio de veinte minutos. Cyrano de Bergerac, el protagonista de la obra, es un aguerrido soldado, retórico poeta, orgulloso al màximo, tan proclive a las fanfarronadas y desplantes como a las causas nobles, y un oculto romántico, todo ello encuadrado por una enorme y caricaturesca nariz, rasgo físico excesivamente grotesco que lo mantuvo alejado de las mujeres, en particular de su prima Roxana, a quien amó desde siempre, desde su mas temprana niñez. En determinado momento, Roxana, desconociendo el amor que Cyrano sentía por ella, le reveló estar enamorada del joven Cristián, un nuevo enrolado del cuerpo de los Cadetes de la Gascuña, al cual su primo pertenecía y tenia fuerte estirpe. Roxane le rogó que lo pusiera bajo su ala protectora Cyrano, entonces, propuso a Cristián, tan apuesto como rústico para la elocuencia, garrapatear sus cartas de amor dirigidas a Roxana, de manera de al menos que su amada supiera de sus sentimientos. Roxana, sucumbió vencida ante las palabras de Cristián, confesándole que si bien su amor comenzó por el atractivo físico, pronto estuvo hechizada de su alma.
Cristián, angustiadísimo y Cyrano exuberante, aunque aún lejos de atreverse a revelar la verdad, ambos marcharon al frente, donde Cristián antes de morir le rogó a Cyrano que explicase la verdad a Roxana, algo que no ocurrió hasta que resultó demasiado tarde, y de manera accidental, pues Cyrano prefirió que su prima conservase la imagen de ese amor idílico eternamente. Aunque la creencia popular intuyó que Cyrano de Bergerac se trató sólo de un personaje ficticio de Rostand, éste realmente existió, y el autor se sustentó en un período muy particular de su vida para escribir la obra.Su nombre completo fue Cyrano de Bergerac Hercule-Savinien de Cyrano de Bergerac, nació el 6 de marzo de 1619 en París. Coetáneo de Boileau y de Molière, escritor y poeta rubricaba sus escritos con seudónimos. En 1638 tomó el nombre de Bergerac, el cual le concernía a las tierras que compró su abuelo (Savinien I de Cyrano), lo cual consintió a la familia alistarse en el círculo de la pequeña nobleza. Su infancia se cumplió en Saint-Forget (actualmente Yvelines). Marchó a París, donde optó incursionar en la vida militar, adquiriendo notoriedad y fama por su valor protagonizando con singular audacia sus numerosos duelos.
Alejado de la vida militar tras recibir una herida en la garganta durante el sitio de Arras, contra las tropas españolas, se dedicó a estudiar filosofía, Rostand está considerado como uno de los más preclaros escritores del seiscientos francés, con una significativa ductilidad; no le costaba esfuerzo transitar por la novela, dramaturgia y sátira, con la misma idoneidad. Figura discutida, se lo criticó y se lo reprobó en infinidad de oportunidades, considerándoselo “un mártir libre-pensador”, como lo imaginaba Paul Lacroix o un “científico incomprendido” como solía calificarlo Pierre Jupont); también Lecheve dijo de él que era un “libertino sin arte ni parte” (Lechevre); un “racionalista militante” dijo de él Weber, y como un “pretendido alquimista” lo catalogó Eugène Canseliet. Edmond Eugène Alexis Rostand, murió el 28 de julio de 1655, en Sannois, a los treinta y seis años de edad, como consecuencia de las importantes heridas recibidas al caerle una gran viga sobre su maltrecho cuerpo.
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