viernes, 21 de enero de 2011

Unidos por el Tiempo: de L.L. Brighton

Autor: L.L.Brighton

Idiona: Castellano
Editorial: la autora
Páginas: 374
ISBN: 978-81-613-9224-7
Tapa blanda.
Primera edición: octubre del 2010
Género: Juvenil.


SINOPSIS DEL LIBRO. 
Menfis, capital del Imperio Antiguo. Año 2175 a. de C. 
El Faraón Neferkara vive sus últimos años cómo, ¡dios viviente!, de los egipcios. Apunto de cum-plir su nonagésimo cumpleaños, su vasto imperio, no es, ni con mucho, la sombra de lo que fue; la senectud y por ende, mal gobierno, le pasan factura a tan longeva edad. 
El Monarca está rodeado de gente competente, pero también, de alguien temible: ¡Azakar!, sumo sacerdote y consejero personal del anciano que hace y deshace a su antojo, siempre, haciendo ver al Monarca que aquello es lo mejor para el imperio. Este, achacoso y cansado, acepta todo aquello que el astuto consejero le propone, todo, menos meter las narices en el oasis de El Azhar, adónde se en-cuentran sus protegidos. El sumo sacerdote, marginado en este menester, ideará todo lo que su pri-vilegiado cerebro le permita _ que es bastante _ ya que, a los títulos que ya conocemos debe de añadir el de mago, y sólo por este, la sangre de los egipcios se congelaba en tan caluroso país; y en especial, la de aquellos que ya habían probado sus malas artes. No, con el sumo sacerdote no se ju-gaba; tenía a raya a toda la nobleza a pesar de la inquina que todos ellos le profesaban; nadie se atrevía a alzar la voz en su presencia... le temían más que al propio Faraón. 
No obstante, y dada la precaria salud del anciano, cada familia, perteneciente a la más rancia noble-za, se preparaba en la sombra para hacerse con los favores del Monarca, ¿por qué?. Porque, dicho anciano había sobrevivido a sus hijos legítimos y no había sucesor establecido... así qué, la conspi-ración estaba más que servida, al menos, eso pensaban los nobles. Pero ninguno de ellos daba por sentado de que, el sumo sacerdote también se creía con derechos, quizá, el que más, al estar gober-nando en la sombra durante casi veinte años... 
Azakar, tenía la costumbre, cuando sus obligaciones en palacio se lo permitían, de visitar de incóg-nito diferentes ciudades del país para sondear a sus ciudadanos sobre el tema que le interesaba; pero un buen día, y dado el interés del anciano por los habitantes de El Azhar, decidió investigar el motivo.... lo que en él descubrió casi por casualidad lo tenía en vilo, desde hacía más o menos un año; ante su insistencia de ir a visitarles, el Monarca se cerraba en banda.
El día del aniversario amaneció esplendido y caluroso. Toda la capital era un hervidero de gentes llegadas de los lugares más recónditos, nadie quería perderse las celebraciones preparadas para el evento; no todos los días, se cumplían noventa años, cuando más, ¡su dios viviente!. 

Mientras todo esto sucedía en la cosmopolita ciudad, en el lejano oasis, situado al noroeste de esta, sus pacíficos habitantes comenzaban una jornada más de trabajo, ajenos a los acontecimientos ve-nideros. Los Henmyt, fueron nómadas durante bastante tiempo pero desde hacía varias generaciones y con el beneplácito de los anteriores Monarcas, se establecieron en el lejano oasis; al ser buenos agricultores pagaban con ello la condescendencia del Monarca de turno, al cual llenaban los grane-ros sin rechistar y a fe, que eran los que más lo hacían; de ahí, que Neferkara no quisiera que nadie les molestase... 
En este remanso de paz vivía un muchacho de unos diez años, cuya única meta en aquellos momen-tos, era jugar y pasarlo lo mejor posible; era un chico amable, sencillo, amigo de sus amigos y un poco trasto algunas veces por lo que, de vez en cuando, se llevaba alguna que otra regañina paterna. Para nada se imaginaba el chiquillo lo que la vida le iba a deparar en un futuro no muy alejado, gra-cias a la codicia de un hombre y a la maldad, de otro. Mientras tanto, ZIMUR, que así se llamaba nuestro protagonista vivía feliz con los suyos hasta que una fatídica noche... su vida cambio por completo en sólo una horas, abocando al niño a una vida muy diferente de la que le hubiese tocado vivir... 

 La autora es valenciana, del barrio del Cabañal. Desde temprana edad su padre le inculcó el amor a los libros, algo, que ella agradece hoy en día. De la afición a leer, pasó a la de escribir cosas sin importancia,_ solo para ella_. Hasta que un aciago día, su hijo, tuvo un brutal accidente... a partir de ahí, su vida cambio y fue también el nacimiento de ZIMUR. Se impuso la escritura como terapia y así, como quien no quiere la cosa, nació ese "niño" que adora y que tantas satisfacciones le ha dado, sobre todo, la de no volverse loca. En otro orden de cosas, decir que curso estudios en su barrio, hasta sexto de bachiller y después, la carrera de Diseño Industrial, que no llegó a ejercer. Aunque es de ciencias, el mundo de la literatura le apasiona, y a él piensa dedicarse, si el libro tiene buena acogida.



1 comentario:

  1. ¡Hola!

    Es una pena que teniendo una idea tan interesante como es la de este libro, esté tan plagado de faltas de ortografía y gramática; ya solo con ver la sinopsis hay algo que va mal. Puedo dejar pasar lo de los guiones porque supongo que eso será cosa de la maquetación o algo por el estilo, pero esos signos exclamativos que no vienen a cuento y las faltas ortográficas, gramaticales y demás errores hicieron que abandonara su lectura, cosa que yo, aficionada a la lectura desde que aprendí a leer con 4 años, no suelo hacer.

    Cuando me hice con este libro tenía yo 14 años, pero aún así, gracias a lo que he leído yo desde pequeña y lo que hasta entonces había estudiado en el colegio, sabía si un libro estaba bien escrito en cuanto a la ortografía y la gramática se refiere.
    Como yo digo, la historia suena interesante (por lo menos desde mi punto de vista), lo que pasa es que esos grandes errores la arruinan. De no haber sido así, sin duda lo hubier acabado y seguramente hasta lo habría recomendado, e incluso habría esperado a la segunda parte, puesto que la historia del chiquillo iba a ser una trilogía, si no recuerdo mal. Una lástima, porque además el tema del Antiguo Egipto es algo que siempre me ha parecido bastante interesante.

    ¡Saludos!

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