lunes, 10 de mayo de 2010

Minorias de uno, de Alberto Trinidad


Título: Minorías de uno
Autor: Alberto Trinidad
Editorial: Ediciones Oblicuas
Páginas: 256 Pág.
Tamaño: 23x15cm con solapas
ISBN 84-935404-0-4 , 978-84-935404-0-1


Reseña de Amando Lacueva


Probablemente no te acuerdas de cuando eras niño, aunque estoy convencido que guardas en tu memoria aquella magia que como Peter Pan, te ayudaba a volar y a viajar hasta un mundo de fantasía, donde el creador de esa realidad era únicamente tu desbordante imaginación.

Si Momo de Ende nos hizo volver al pasado de la imaginación y la inocencia con sus hombres de gris y su lucha con el tiempo, Minorias de uno te llevará más allá de cualquier realidad. Junto con Alizia, Leolo, Dámaris, Senderei y sus amigos imaginarios, recorrerás los rincones de tu ensueño en la búsqueda por encontrar un sentido a tu vida huyendo de tu entorno, de ese ambiente que tanto nos aprisiona.

Cada personaje posee su propia perspectiva, su fantasía casi llevada al límite de la cordura en busca de esa utopía que quizás solo la mente infantil pueda recrear y confundir. Seres solitarios que navegan entre la realidad y la quimera, entre el sueño y el despertar a una realidad que no es la suya.

Minorias de uno recoge el buen hacer de Alberto Trinidad, no en vano, este barcelonés es licenciado en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada. Su prosa la definiría como poética pues irradia melancolía, soledad, inadaptación, y nos regala innumerables mensajes y metáforas. La sensibilidad de Alberto se hace patente en su obra cuando en ocasiones no distingues quien habla, si el narrador, el escritor o ese poeta que encierra su alma soñadora y lucha con denuedo por abrirse paso entre las páginas cargadas de pasión, de esperanza.

Pese a lo expuesto, no es una obra para niños, al contrario, si crees que no es así, te arrepentirás de no saber encontrar tu propia magia entre sus páginas. Disfrutarás con sus ilusiones, pues cada personaje te hará recordar al niño que encierra tu corazón.

1 comentario:

  1. El primer libro en el que pensé al leerlo salvando el argumento y la distancia fue en el "Ulises" de James Joyce. No sé exactamente que me llevó a encontrarle similitudes, pero fue como una especie de relámpago que me ilumino en ese inicio de lectura de la obra.

    A la vez consigue envolver al lector en la fantasía, en el mito, en lo increíble y místico. Así, se nos presentan los protagonistas de esta novela como espíritus llenos de esa magia, de ese saber, que sólo tienen los niños o aquellos que han liberado su espíritu de prejuicios.

    En cierto sentido nos habla del renacer, del existir y del crecer. Si uno lee la obra detenidamente vemos que no falta a lo que ofrece desde un inicio, eso es algo generoso que honra a su autor.

    Es una obra con un alma propia que se nos ofrece con sus virtudes y sus faltas para deleite y aprendizaje del lector. ¿ Por qué aprendizaje? La obra restituye ese punto de fantasía que todos llevamos en nuestro interior, nos recuerda la "mirada mágica" que de niños teníamos para observar el mundo real.

    Se podría decir que proclama la esperanza robada a la fantasía, da testimonio de ello.

    Está claro que su autor, Alberto Trinidad, nos obsequia con ese toque mágico y literario que da respuesta al eterno agravio que parece perseguir a lo fantástico. Puedo decir que me ha maravillado y me ha hecho sentir como un niño otra vez.

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