Por Aurora Garcia Rabadan
Obra única de la escritora Elisabeth Smart, Canadiense de nacionalidad aunque formada en Inglaterra. Smart convierte en extraordinaria su prosaica y nada original historia, la relación amorosa de una joven soltera con un hombre casado.
Smart hace guiños a la literatura clásica, y a la Biblia, se sirve del Cantar de los Cantares para describir lírica y desgarradamente sus exaltados sentimientos hacia el poeta George Barker, del que tuvo varios hijos. Este libro se escribió cuando Smart estaba embarazada del su hijo mayor.
Particularmente me apasionan sus febriles y torrenciales pasiones, que en nada fluyen serenamente, sino que arrastran al lector a sentimientos encontrados, de la más absoluta euforia a la más delirante desesperación, aderezado con un sentido del humor, en el que pone en entredicho sus propias pasiones.
Aunque se trate de una novela autobiográfica, creo que nunca este género se acercó tanto a la poesía más intima y surrealista.
"Todo lo inunda el agua del amor: de todo lo que ve el ojo, no hay nada que el agua del amor no cubra. No existe un solo ángulo en el mundo que el amor en mis ojos no pueda convertir en símbolo de amor. Incluso la precisa geometría de su mano, cuando la contemplo, me disuelve en agua, y la corriente del amor me arrastra.
Todo fluye como el Misisipi sobre un planeta devastado, que bebe sin conseguir saciarse, y con cascadas de gratitud aumenta el caudal de agua, que eleva un coro de alabanzas capaz de ensordecer para siempre a los incrédulos; de reventar sus avergonzados tímpanos con el rugido de la prueba, más sonoro que las bombas, los aullidos, o el tic-tac íntimo del remordimiento. Nada, ni siquiera las mareas venenosas de la sangre que yo misma he derramado, puede detener las gigantescas olas del amor.
La necesidad no me ofrece alas para salir volando. De veras estoy, y mortalmente, herida por las semillas del amor".
ELISABETH SMART, EN GRAND CENTRAL STATION ME SENTE Y LLORE.
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