Editorial: Jizo Ediciones
Edición: GRANADA
ISBN: 978-84-938920-6-7
Páginas: 65
Idioma: Castellano
Formato: Rústica
Reseña de CARLOS BENÍTEZ VILLODRESLa poesía como destino, acerca de "En penumbras se hizo verbo", de Magda Robles.
Magda
Robles León, poeta granadina, se estableció definitivamente en el mundo de
la Poesía con la publicación de su poemario “En penumbras se hizo verbo”.
Libro este con el que la poeta le proporciona un prestigio sumamente indeleble
y luminoso y carismático al género, a su propio bagaje cultural y al del lector
con capacidad de proporcionarle sentido, desde su personal interpretación, al
trabajo poético leído y asimilado.
Asimismo,
desde su emblemática libertad creativa, Magda utiliza las palabras precisas, y
todo cuanto la creación poética conlleva, para adentrarse en el lector con la
coherente integridad que la caracteriza. “La poesía, dice Rimbaud, quiere
cambiar la vida. (…). (El poeta), mediante la palabra, mediante la expresión de
su experiencia, procura hacer sagrado al mundo; con la palabra consagra la
experiencia de los hombres y las relaciones entre el hombre y el mundo, entre
el hombre y la mujer, entre el hombre y su propia conciencia…”. Al leer los
poemas que componen “En penumbras se hizo verbo”, apreciamos significativamente
el estilo o poética de Magda, ya que la poeta crea sus versos conjugando rigor
poético y autenticidad emocional desde la realidad cotidiana del pensar, del
sentir y del vivir, escribiendo poemas de ella o desde ella con una
originalidad sublime y sin límites. Por consiguiente, los poemas de Magda nos
abren el camino, con sus versos silenciosos y transparentes, por donde deben
caminar la reflexión y el pensamiento del lector, al sumergirse éste bajo el
estimulante oleaje de esta mar de poemas creada por la poeta.
Es
evidente que el arte, plenamente auténtico y comunicativo, está presente en
cada creación poética de “En penumbras se hizo verbo”. Arte como referente
liberador de quien lo crea, de quien lo lee, porque “el arte, manifiesta
Octavio Paz, no es un espejo en el que nos contemplamos, sino un destino en el
que nos realizamos”, y los poemas de Magda nos ayudan en esta tarea tan
sumamente necesaria y vital para la persona de hoy y de mañana.
La
poética de Magda nos muestra, pues, el carácter singular y bello de su quehacer
lírico, tan completo como complejo, que la poeta lleva a cabo en el núcleo de
su intimidad, utilizando la savia del arte siempre brillante y deleitoso. Por
ello, los poemas de “En penumbras se hizo verbo” componen, desde la
sustancialidad totalmente seductora, un compromiso artístico, que tiene su raíz
en las propias esencias internas de la autora.
Los poemas de esta exquisita obra fueron creados con un léxico sutil y
elegante, dinámico y atrayente… Un lenguaje “que organiza el mundo, refiere
Jorge Luis Borges, le impone un orden, le inventa una organización”, partiendo
siempre de la base de la “enigmática abundancia y diversidad del orbe”, según
el autor de “Adrogué” (1977). Gracias al exuberante vocabulario empleado por
Magda, el lector asimila perfectamente las ideas, las imágenes, los signos… que
emergen del contexto de la obra, lo cual le crea la capacidad de transitar, sin
impedimentos ni oscuridades, por el fascinante interior de la poeta, atraído
por el resplandor de luz que de ella mana constantemente.
“En
penumbras se hizo verbo” es, pues, un poemario mirífico e impresionante, que
nos proporciona con la efectividad de su exposición, tan fecunda como modélica,
el aliento necesario para seguir amando la poesía, la más pura actividad
creativa, y creyendo en ella, hoy todavía más, desde aquella más o menos lejana
aproximación al centro de su territorio, donde se engendra y germina, crece y
se cultiva… su credo con luz propia e intransferible, el cual confiere, en este
caso, a la poeta y a su labor creadora la condición de unicidad irrepetible.
De
la poesía de Magda Robles mana el agua clara de lo incondicionado, de lo
auténticamente significativo, de lo pródigo en sensaciones y conectividades
que, en definitiva, crean en el lector efectos mágicos, envolventes. Del mismo
modo, la excelencia y la singularidad de los poemas incluidos “En penumbras se
hizo verbo” se perciben, con total intensidad, al aflorar de ellos ideas y
reflexiones, deseos e imágenes, que se identifican plenamente con el yo más
íntimo de la poeta. “La poesía, refiere Vicente Huidobro, es el vocablo virgen
de todo prejuicio; el verbo creado y creador, la palabra recién nacida. Ella se
desarrolla en el alba primera del mundo. Su precisión no consiste en denominar
las cosas, sino en no alejarse del alba”. Ciertamente, en Magda Robles, la
palabra es alba que nos conduce, mientras nos ilumina, hacia el horizonte de la
meditación. Ello nos permitirá explorar el espacio interior de la poeta y de
esos poemas que se integran en nuestros adentros, pudiéndolos interpretar según
el plan de su construcción o de otras formas muy diversas, previa
transfiguración de los mismos en la esencia de nuestro yo.
“En
penumbras se hizo verbo” comienza con un versado y excelente exordio de
Francisco Acuyo, profesor, escritor, poeta y editor. En él, podemos leer: “La
sincera espontaneidad presentada por Magda Robles León en este poemario se
corresponde ampliamente con esa necesidad vital por la que suspira el devenir
de nuestro tiempo. (…) Lean sosegadamente a Magda Robles en este deleitoso y
delicioso primer poemario de singular penumbra, para ver la luminaria
cegadora de su fanal intenso, pues mora en el recinto de la luz más pura y
verdadera: el de la belleza”.
A
dicho prólogo le siguen los cuarenta y tres poemas que componen esta obra tan
brillante y sígnica como significativa, tan ingeniosa como atrayente, que nos
introduce serenamente en el mundo interno de su autora, que rezuma grandeza y exquisitez
infinitas, lo cual le sirve de base a su innata capacidad de la armonía y
el ritmo.
Magda
Robles ya obtiene la admiración de sus lectores con estos poemas que expresan
su sentir íntimo y su fresca espontaneidad, tomando como referencia su propia
vida emotiva, su amor por la vida en general, por el ser humano -firme
acompañante en su andadura por el tiempo-, por la naturaleza… Magda, en
definitiva, se expresa con alegría y libertad en un lenguaje culto y sincero
que legitima su obra ante cualquier persona amante de la poesía, ante cualquier
época futura.
Asimismo,
estos poemas de Magda son evocadores, intensos, hermosos…, de un virtuosismo
poético y un carácter reflexivo-revelador admirables, que transmiten las
aspiraciones, esperanzas y decepciones de la poeta, al modelar ésta las
palabras con los recursos literarios empleados y con la musicalidad de su
realidad y sus deseos. En definitiva, los poemas de “En penumbras se hizo
verbo” insertan en nuestro yo, desde los caminos de lo formal con tendencia a
la concreción, las gemas más íntimas de la autora y de su arte poético global.
Ello nos proporciona una luminosidad, una energía, un sentido… para seguir
caminando por la vida en diálogo constante con nuestra conciencia, con los
demás seres humanos y con la naturaleza.
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