Tengo entre mis manos La mujer anochecía, último poemario
de la poeta asturiana Ada Menéndez (Gijón, 1972). Ada presentó en el
fórum Fnac de Zaragoza el pasado 7 de junio esta obra escueta, densa,
profunda, casi visceral. Tuve la suerte de acompañarla en el acto y
escuchar algunos de sus poemas. Tal como dice Óscar D’aniello en el
Epílogo del libro: "Mujer arrebatadora, provocadora, sincera". Esa fue
mi impresión cuando la saludé y esa ha sido mi impresión después de leer
y releer sus poemas.
Ada Menéndez es - afirma en el prólogo José Luis Piquero -
"sufriente pero lúcida, pisoteada pero no vencida, ofendida pero
orgullosa: desafiante". Este inconformismo se advierte desde los
primeros poemas - SUEÑOS Y PESADILLAS de la mujer anochecía - hasta los
que cierran el libro con un broche de ternura - LAS MUJERES ORTO de
una mujer anochecía -. Inconformismo y rebeldía ante las situaciones
absurdas de la vida en la gran ciudad: Godzilla arrancó de cuajo
los puentes de los hombres... Hay un sorteo de aviones por la carretera
de Burgos...Zombis en mi ciudad quieren morderme...
El inconformismo se transforma a veces en una indagación en su propio yo, en un autorretrato poético de color grisáceo: Los poetas olemos a basura. O en rebeldía ante el hechizo engañoso del amor: Reniego a ser una amante pinchada sobre el corcho / de tu colección. Hay una cara oculta y otra cara desenfadada, preñada de tristes presagios: Se
me estropea el cutis con los años las / decepciones el tiempo mal
invertido / he presagiado un entierro donde nadie llora / donde yo
descanso en paz y / se me afea el espíritu.
Un espíritu que se tiñe de ternura en los tres últimos
poemas, broche esperanzador y aspiración personal. Un homenaje a sus
seres más queridos a los que admira y mitifica: Quiero ser tú como tú multiplicarme para llegar a ti. Emoción
poética, desnudez retórica, espontaneidad, amor, desamor y un sinfín
de sentimientos en ocasiones contradictorios, como la vida misma. Un
libro para leer y releer durante los cálidos días estivales.
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