lunes, 3 de septiembre de 2012

Las Aventuras de Sherlock Holmes, de Arthur Conan Doyle

Las Aventuras de Sherlock Holmes
Autor Arthur Conan Doyle


Reseña escrita por Fernando Pineda

Sherlock Holmes había dado ya pautas de su excepcional genio en Estudio en Escarlata y en El signo de los Cuatro, pero los lectores por ese entonces no se percataron de su genialidad. Entonces a Conan Doyle (¿o deberíamos decir, a Watson? ) tuvo la brillante idea de discurrir al detective por una serie de relatos cortos. Empezó divulgándolos en la revista Strand en julio de 1891; en octubre, cuando apenas se habían publicado tres historias, los editores le rogaban por más aventuras deHolmes, el público compraba las ediciones hasta agotarlas y Doyle incrementaba sus dividendos. La presión del público era tal, que antes de acabar los doce relatos que componen este volumen, el autor empezó a entrever la idea de condenar a su criatura al olvido popular.
 
En Las Aventuras de Sherlock Holmes se nos cuentan, con ritmo decididamente ágil y estilo más espontáneo que en las primeras novelas, doce historias, doce casos detectivescos, apasionantes unos, infaustos otros, cómicos varios, pero todos cargados de ingenio, todos emocionantes. Un tiempo antes de escribir estos relatos, Conan Doyle había escrito dos novelas con el gran detective como héroe rutilante (Estudio en Escarlata y El Signo de los Cuatro), pero si bien estas habían alcanzado cierto beneplácito entre los lectores, fue a partir de la publicación de los cuentos cortos que Sherlock Holmes empezó a ingresar a la categoría de mito y el autor pudo dedicarse plenamente a su oficio de escritor. En un tiempo en que las personas estaban impuestas a la literatura por entregas, Arthur Conan Doyle, empezó a publicar estos relatos cortos sobre aventuras de SherlockHolmes y tuvieron tal aceptación por parte del público, que escribió decenas de ellos. En este libro están acopiadas cinco de ellas: La casa vacía,

El misterio de LowerNorwood, Los monigotes, Un drama de familia y Pedro el Negro.. Aunque pensada como historias independientes, tienen correspondencia en el tiempo, por lo que aquello que suceder ocurre en alguna de ellas, puede incidir en el argumento de las demás, por ejemplo, en La casa vacía, comienza la fábula habiendo muerto el señorHolmes en una emboscada sufrida en un libro anterior,aunque está claro que no ha muerto: Es solo una estrategia para derrotar a sus enemigos. En El Misterio deLower Norwood tiene que demostrar la inocencia de un hombre acusado de homicidio, cuando todas las pruebas apuntan hacia él. Los monigotes es una ficción en el que pone a prueba su idoneidad para descifrar mensajes indescifrables (obviamente, recurriendo a medios excepcionales por él concebidos y recogidos en un tratado que él mismo publicó) En Un drama de familia,. el enredo en un principio se le opone resistencia, pero gracias a su tenacidad e intuición logra finalmente resolver el crimen. Y, por último, Pedro, el Negro, es un relato de aventuras, “clásico de Holmes”.

Desde un principio tiene claro lo que debe hacer, por supuesto dejando de lado cualquier descubrimiento policial, que nunca sirven de mucho. Absolutamente todos los relatos de Sherlock Holmes, tienen un patrón análogo. Las aventuras están relatadas por el doctor John Hamish Watson , compañero inseparable de aventuras de Holmes, aunque su intervención en ellas se limita a una actuación secundaria, siempre sujeto a los enunciados del detective, siempre admirándolo, siempre dejando evidente la primacía de Sherlock sobre el propio Watson y sobre el resto del mundo, siempre pretendiendo protegerle de eventuales peligros.

Quienes se llevan siempre la peor parte en cuanto a inteligencia se refiere, son los policías encomendados del caso, a veces desafiados a nuestro detective abiertamente y otras con una fervor rayano en el servilismo.Nuestro detective no ejerce por interés económico. Todas las veces actúa por pedido expreso, o bien de un particular en problemas, o bien de la propia policía, incompetente de resolver el crimen. Pero no siempre acepta los casos que se le presentan; éstos tienen que despertar un interés específico en él, y en la mayoría de las ocasiones, no cobra una moneda por ello.Conan Doyle también escribió otros relatos de Sherlock Holmes más extensos, como por ejemplo Estudio en Escarlata, la primera narración en la que realiza su aparición el detective, o El Perro de los Baskerville.


1 comentario: