"La Isla de Bowen" de César Mallorquí.

TITULO: LA ISLA DE BOWEN
AUTOR: CÉSAR MALLORQUÍ
EDITORIAL: EDEBÉ
ISBN:978-84-683-0427-4.
PÁGINAS: 512.
PRECIO: 9,95 Euros

RESEÑA HECHA POR MIGUEL A. MATEOS CARREIRA

SINOPSIS:

1920. Todo comenzó con el asesinato del marinero inglés Jeremiah Perkins en Havoysund, un pequeño puerto noruego situado en el Ártico, y con el misterioso paquete que, antes de morir, Perkins envió a Lady Elisabeth Faraday. O quizá la historia empezara antes, cuando se descubrieron unas extrañas reliquias en el interior de una viejísima cripta medieval, pues fue precisamente una de esas reliquias imposibles la causa de que el malhumorado profesor Ulises Zarco, director de la sociedad geográfi ca SIGMA, se embarcara en una aventura inimaginable a bordo del Saint Michel. Tanto Zarco como su ayudante, Adrián Cairo, han recorrido el mundo enfrentándose a toda clase de peligros, igual que el capitán Verne y su tripulación, o el joven fotógrafo Samuel Durango, e incluso las dos damas inglesas que les han solicitado ayuda; pero ninguno de ellos estaba preparado para afrontar el temible misterio que envuelve a la isla de Bowen, más allá del Círculo Polar Ártico.

Porque, como decía Sherlock Holmes: «Cuando se ha eliminado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad».

RESEÑA:

Posiblemente esta no sea mi mejor reseña, pues hace años que leí por primera vez a Julio Verne, y fue un autor que me hace recordar entrañablemente mi infancia. Así pues comencé a leer la obra de César Mallorquí de quién hacía mucho que no había leído nada, lo último fueron varias obras de "El Coyote" de una colección. La obra me atrapó nada más comenzar, me recordó esas obras de intriga que tanto gustaban a Arthur Conan Doyle, mezclada con ese toque de aventura propio de Julio Verne.  

Ciertamente, la obra tiene guiños tanto a Julio Verne como A Arthur Conan Doyle, y eso me gusta. Me gustó ver guiños en nombres de personajes e incluso en situaciones a obras como por ejemplo "Los hijos del Capitán Grant"  de Julio Verne o incluso a las "Memorias de Sherlock Holmes" de Arthur Conan Doyle. Me atrapó así su lectura con esa mezcla de intriga, misterio, aventuras y sobre todo esas forma de describir y llevar todo hacía el meollo de la historia de forma tan coherente y sencilla. Muchas veces son los detalles pequeños los que nos llevan a grandes cosas, a grandes descubrimientos. El descubrimiento de la tumba de San Bowen por un lado, y el asesinato de un marinero, por otro lado, nos llevan a un misterio enorme vinculado a un metal imposible en la época en la que está ambientada la novela.

Si la obra me atrapó, y me alegro de ello, pues hacía mucho tiempo que no disfrutaba una obra de esta manera, de una manera que me ha traído los recuerdos de mi infancia.

Sin esos guiños a Doyle y a Verne incluso en los nombres de algunos de los personajes, es posible que la misma obra no fuera igual aun contando lo mismo. Es cierto que tiene largos y descriptivos párrafos, y diálogos que llenan al lector de datos.  Y estoy seguro que a los autor a los que está de forma inherente dedicado este libro estarían encantados con el resultado, pues verían que mantiene perfectamente la armonía entre los estilos de los dos autores de Julio Verne y de Arthur Conan Doyle.  Este homenaje a estos autores y a un género y estilo que en los últimos años esta muy olvidado hace de esta una obra fascinante, una obra que llena los corazones y nos hace anhelar recorrer el mundo en busca de aventuras.

Como una fantasmal sombra, esta obra nos lleva a un recuerdo oculto, en la oscuridad de nuestro pensamiento. Un recuerdo que muchos hemos ido perdiendo a medida  pasaban los años  y que nos adentrábamos en nuestra edad. Es una obra que nos hace tropezar con algo que añorábamos, y nos permite volver a aquellos tiempos en los que la lectura era una aventura. 

Por tanto, tengo que recomendar vehementemente su lectura. Seguro que os agradará.