domingo, 6 de febrero de 2011

La casa del escribano, de Núria Gómez Granés

Título: La casa del escribano

Autor: Núria Gómez Granés
Editorial: Arola Editors
Plaza: Tarragona
Año: 2011


Reseña de Amando Lacueva:


Con un título que resume toda la obra, Núria Gómez Granés nos introduce con su narrador omnisciente y su prosa intimista, en la vida de Rosa Ramiro. Debemos agradecer a Núria, que la voz de su narrador se detenga en profundas y poéticas descripciones, tanto sobre el entorno, como en los sentimientos de todos sus personajes. En sus páginas de rica prosa, donde abundan profundos y meditados soliloquios, se respira un ambiente tierno, nostálgico. 

Me atrevería a calificar la obra de novela coral, donde del tronco que es Rosa Ramiro, surgen distintas ramas que se detienen en; Doña Rosa, la abuela, María Guayente, los empleados, Patro y Saturnino, sin olvidarnos de Violeta. Recorremos por esas ramas, gracias a las retrospectivas de la obra, los recuerdos de Lorenzo Ramiro, de Aahish Savir, María Guayente, su hermana Beatriz y Paco Montero, el padre de ambas, así como de otros personajes dispuestos sobre los escenarios que van desde Argentina, la tierra natal de Rosa, pasando por la urbe de Nueva York y recalando en Anciles, un pueblecito del Alto Aragón.

El solo hecho de leer mentalmente el nombre de María Guayente, produce una contracción en el pecho. La pregunta lanzada al aire por Rosa, que no espera respuesta alguna...¿Que me quieres contar, María Guayente?, encierra una combinación tormentosa de sentimientos que desembocan en nostalgias literarias, no vividas, pero cuya empatia te cala los huesos, como la fina humedad que sin esfuerzo alguno, se instala en ellos de forma descarada y perenne, para no abandonarte. 

Acercarse a través de La casa del escribano al intimismo de Núria Gómez, es como desnudar el alma literaria de una mujer que nos habla, como a ella le gusta enfatizar, con voz de mujer, y no le falta razón, pues desgrana los sentimientos de sus personajes con una sensibilidad femenina. 

Si como tema principal nos encontramos ante ese descarnado intimismo de sus protagonistas, habitantes de La casa del escribano, cuyos muros encierran un profundo secreto que poco a poco iremos, si no presagiando, porque os resultará imposible, sí descubriendo, como argumento subyacente surge un segundo tema, una denuncia implícita sobre la Guerra Civil Española, de la misma manera que la protagonista, Rosa Ramiro, lo hace con su obra: Amores malditos, que narra los atropellos sufridos por la dictadura argentina, motivo por el cual Rosa debe abandonar el país que la vio nacer y trasladarse a la ciudad de Nueva York. Sin embargo, la delicada salud de su abuela Doña Rosa a la nada gratificante vida que lleva en la ciudad de los rascacielos, obligarán a Rosa Ramiro a cruzar el charco para instalarse en Anciles. 

La Casa del escribano es la historia de Rosa y la de todos sus personajes, donde Núria, a través de su narrador, nos deleita con las frustraciones, éxitos, enfermedades, recuerdos, nostalgias y melancolías, pero también con una meta que alcanzar y un futuro por el que luchar. 

Hay que leerla con tranquilidad y sosiego, degustarla sin prisa alguna, alargando de forma consciente lo placentero de su lectura. 

“LA CASA DEL ESCRIBANO” Sinopsis
En Nueva York, Rosa se sentirá traicionada por su entorno más inmediato y se trasladará a un pueblo del Pirineo Aragonés en busca de sus ancestros. Allí descubrirá entre las pequeñas grietas de la gruesa pared de la torre de vigilancia, las hendiduras de las balas de los fusilamientos, esos que se llevaron a cabo con nocturnidad y alevosía. Sin embargo ningún cadáver quedó nunca allí. De la misma forma silenciosa en que llegaban vivos, los cuerpos desaparecían después de muertos y nunca nadie pudo asegurar que en la hacienda hubiese ni un solo resto humano. La sinrazón y la pasión la acecharán sin tregua, mientras en su memoria irán abriéndose paso entre las telarañas de los sentimientos, el recuerdo de cómo fue su recalada junto al lago. Mecida por el viento del oeste, Rosa, estaba desenmarañando el secreto mejor guardado en la hacienda de sus abuelos, la Casa Palacio de los Ramiro, “La casa del Escribano”.




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