lunes, 25 de octubre de 2010

Un puente sobre el Drina, de Ivo Andric

Un puente sobre el Drina

Lengua: CASTELLANO
Encuadernación: Tapa blanda bolsillo
ISBN: 9788497597777 
Colección: CONTEMPORANEA
Nº Edición:1ª 
Año de edición:2003
Plaza edición: BARCELONA

Reseña de José Luís Fernández Gancedo

Un puente lejano 27/07/10

Si con I Guerra del Golfo descubrir las bondades de la salerosa moza – muy bien armada, por cierto – que cantaba a “Los soldados del amor”, con la guerra de los Balcanes sucumbí a los encantos de la lectura de la prensa diaria. 

Sección internacional de EL COMERCIO mediante, además de tener noticias de la existencia de los muyahidines musulmanes, los Ustashi croatas y los Chetniks serbios, me estremecí con los bombardeos indiscriminados sobre Sarajevo, me horrorice con las violaciones masivas utilizadas como arma de guerra y acompañe a los miles de voluntarios serbios que se lanzaron a la reconquista de la República Serbia de Krajina tomada por las tropas croatas.

El 14 de diciembre de 1995 aquella locura toco a su fin dejando cerca de 100.000 víctimas entre civiles y militares, 1,8 millones de desplazados y heridas en la convivencia entre serbios, croatas y musulmanes que tardarán en curar.

No obstante, a pesar del empeño del hombre en convertir este mundo en la antesala de El Infierno, afortunadamente bellezas como las que atesoran los países balcánicos evitan que uno desee abandonar este Valle de Lagrimas que es La Vida.

Dado que mi exigua economía hace que me vaya a ser harto difícil llenar el casco vikingo que tengo por hucha con los miles de euros necesarios para poner rumbo a Croacia y alrededores, la novela “Un puente sobre el Drina” ha sido un buen aperitivo y una perfecta excusa para ir aprendiendo como se dice en serbocroata: “Lozana moza, póngame una birra”.

Ivo Andric, escritor de origen bosnio – premiado con el Nobel de Literatura (1961) gracias a "la fuerza épica" con la que describió en sus novelas los destinos humanos afectados por la Historia de su país – en la novela protagonista del día relata las vivencias de los habitantes de Visegrad (Bosnia), ciudad situada a orillas del río Drina y que tuvo su momento de esplendor en la Edad Media por constituir un puente de transito entre el mundo cristiano y el islámico.

El puente comenzó a construirse en el año 1571 por orden del Visir Mehmed – Pachá, nacido en Sokolovice y que una mañana de 1516, - como tantos otros niños de los pueblos de Bosnia oriental -, fue arrancado del lado de su madre y enviado a Zarigrado (Estambul en servio) para satisfacer el «devchirme» (tributo de sangre) impuesto por el Sultan.

El rapto de esos niños cristianos que, tras ser islamizados, con el tiempo formarían parte del Cuerpo militar de los Jenízaros - las tropas de infantería más temibles de su tiempo – sirve a Andric para estremecer al lector con un párrafo en el que de forma descarnada expone el dolor de esas madres que veían impotente como se llevaban al bendito fruto de su vientre.

“Las más tenaces y difíciles de contener eran las madres. Corrían a marchas forzadas y sin mirar donde ponían los pies, con el pecho desnudo, desgreñadas, olvidando todo lo que las rodeaba. Lloraban y se lamentaban como ante un cadáver. Otras, casi locas, gemían, aullaban como si su matriz se rasgase con los dolores del parto, y, cegadas por las lagrimas, iban a dar de cabeza contra los látigos de los jinetes. ¡Rade, hijo mío, no olvides a tu madre!”

A medida que avanza la construcción del puente a parte de ser testigos de excepción de los intentos de sabotaje de los que ven en él un peligro, vemos como transcurre la vida de los habitantes de Visegrad y como, a pesar de rezar a distintos dioses, son mas las cosas que los unen que las que los separan.

En la taberna de Zarie seremos uno más de los bebedores de rakia, aquellos que...

“hastiados de si mismos, permanecen sentados y beben, y mientras beben, esperan que se encienda por fin en su conciencia esa luz milagrosa con la que la bebida alumbra a aquellos que se abandonan a ella completamente, esa luz por la que es dulce sufrir, caer y morir y que desgraciadamente, con los años, brota cada vez menos y cada vez más débilmente”

El musulmán Ali – Hodja, ante la llegada del ferrocarril, expondrá sabiamente que...

“lo que cuenta no es el tiempo que el hombre economiza, sino como emplea el tiempo economizado” 

Por desgracia asistiremos también a como, a consecuencia del asesinato del archiduque Francisco Fernando y su esposa, el destino y el sinsentido de la guerra dio pie a que los que habían sido vecinos y casi amigos se convirtiesen en encarnizados enemigos.

“Fue entonces cuando empezó una verdadera caza del serbio y todo lo relacionado con ellos. Las gentes se dividieron en perseguidos y perseguidores. La bestia hambrienta que vive dentro del hombre, y que no se atreve a aparecer en tanto no quedan eliminadas los obstáculos que representan las buenas costumbres y las leyes, quedo en libertad”

En resumen, una extraordinaria novela sobre La Vida, un "arcano" tan complejo como la construcción de un puente

“La Vida es un milagro incomprensible; se gasta y se diluye sin cesar, y, no obstante, dura y permanece solidamente «como el puente sobre el Drina»”




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