Autor: Pablo Núñez
AÑO DE PUBLICACIÓN: 2010
IDIOMA: Castellano
ISBN: 978-84-937728-6-4
ISBN EBOOK: 978-84-937920-1-5
NÚMERO DE PÁGINAS: 352
DIMENSIONES: 15x23
FORMATO: Rústica con solapas
Reseña de: José Manuel Prado
Ladrones de Historia, es una de esas novelas que te enganchan por el influjo casi lunar que ejerce la primera frase del libro, una de esas frases que la memoria absorbe inconscientemente y que seremos capaces de repetir en cualquier momento. La frase que abre el libro desempeña un influjo hipnótico sobre el lector, frase inesperada, que no acostumbra a los comienzos rotundos en la novelística actual. Una frase que va a actuar como los influjos eléctricos sobre los electrones, y nos va a hacer saltar de una órbita a la siguiente y a la siguiente. La novela posee tres órbitas, tres historias, como tres ríos que circulasen paralelos obviándose porque saben que tendrán o acabarán confluyendo.
La primer historia es una odisea eulisina, una búsqueda del mal desconocido a través de hacer parada y fonda en los lugares donde comparece la huella del mismo. Una odisea donde Ulises y sus compañeros se enfrentan sin confrontarse con Polifemo, Poseidón, Calipso, las sirenas. La suerte de este Ulises es que lo acompaña Penélope, y que Telémaco nacerá al final del texto.
La segunda historia es la del hombre sin importancia, que apegado a sus costumbres, no precisa de odiseas, pero que se ve obligado a cumplimentarla, y, al final, sobrepasa al propio Ulises en importancia resolutiva.
La tercera historia, que se independiza repentinamente, es la historia de amor carnal de Ulises y Penélope.
Evidentemente, Ulises es Juan, un policía de Sevilla y su Penélope, es Candela, ladrona que se redime en la historia, que salen de Híspalis camino de Valladolid para dar caza a Polifemo, que no es otro que el conde Van der Globber, y Hermes, un tal capitán García, que organiza en Madrid, una banda de Calipsos y sirenas y más cíclopes gemelos, y Poseidón, un tal Mendoza, que está en comunicación con Polifemo.
Con estos elementos se trama una historia ambientada en el transcurso de la guerra civil, como escenario probable de lo que ocurre. La historia, una odisea de redención: por algo Candela acompaña a Juan, con un acto de redención final a su destino irredento familiar, que finaliza cuando Candela da a luz a un Telémaco, que les devuelve a la Híspalis del inicio, a la Ítaca de siempre.
En esta historia de odiseas de viceversa, se cruza la historia de Manuel, campesino gallego, apegado al terruño, sin importancia ni relevancia. Manuel, se une a Juan y Candela, y otro grupo de individuos, para solventar el problema que es la trama de la novela, descubrir a los integrantes del grupo de ladrones de cuadros, de arte, de historia. En este momento de la historia global, adquiere relevancia nuestra Calipso particular, una de las mujeres del grupo de ladrones, que oculta su condición de hermana del Comandante Ordoñez, el jefe del grupo que debe resolver la historia de ladrones de historia, y que manda cartas cifradas a su hermano, que ayudan a la resolución del problema.
Quizá la historia de Manuel puede ser la más relevante, quizá familiar, así lo supongo, pero queda como historia transversal porque adquiere gran relevancia la que se convierte en principal por el amor, la historia de odiseas de viceversa, estas odiseas de redención por el amor de las ladrones irredentas, que reivindican su familia más pasional.
Leer para ver: como siempre el autor, Pablo Núñez, escribe cada palabra para hacernos ver cada movimiento de los personajes, cada reacción más personal de los mismos e inapropiada siempre. Pablo Núñez escribe con imágenes, y nos encontramos siempre ante una iconografía de individuos muy reales, que se mueven en una densidad histórica de saqueos y asesinatos. Esta escritura, como en la de su anterior novela, Las hijas del César, se convierte en el transcurso de la lectura, en la película cinematográfica que todos deseamos admirar en la pantalla de cualquier cine.
Muy buena reseña, sí señor. Felicidades.
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